Crónica desde Londres

En el subte, de viaje al punto de concentración de la marcha, empecé a notar la presencia de futuros manifestantes; gente que espontáneamente empezaba a hablar de la situación en Medio Oriente, otros llevando pancartas. ‘Es un buen síntoma’ pensé y no pude menos que recordar la masiva movilización de más de un millón de personas en febrero de 2003 contra la guerra en Irak. La marcha del 5 de agosto no llegó a ese nivel de participación, sin embargo, el alto nivel de politización y de bronca es equiparable.

La "Protesta Nacional de Emergencia", con contingentes de las ciudades de Machester, Liverpool, Birminghan, Bradford y varios centros del país llegó a reunir cerca de 80 mil personas en Londres para repudiar los ataques en el Líbano. Si bien la marcha fue llamada por Stop The War, la Campaña por el Desarme Nuclear y organizaciones musulmanas había un alto grado de concurrencia espontánea entre los asistentes. Fue una marcha numerosa, en especial considerando que estamos en períodos de vacaciones, las escuelas primarias y secundarias terminaron el ciclo lectivo la semana pasada y las universidades están vacías. Se veían muchas pancartas hechas a mano, familias con niños, gente joven, manifestantes con caretas de Bush y Blair llevando bandoleras y arrastrando réplicas de restos humanos desmembrados.

La movilización, convocada con sólo una semana de anticipación, expresó el grado de indignación ante la política exterior de Tony Blair, totalmente cómplice del gobierno de Israel y de Bush. Se notaba la bronca en la fuerza con la que se cantaban las consignas “Bush:¡Terrorista!... Blair:¡Terrorista!... Olmert: ¡Terrorista! ¡Bush, Blair y Olmert: ustedes son los terroristas!

Durante cuatro horas seguimos una extenso recorrido: nos concentramos en Hyde Park donde tomamos la avenida Park Lane para pasar luego frente a la embajada estadounidense - donde los gritos contra Bush, Blair y Olmert se volvieron más enérgicos - pasamos luego por la plaza Trafalgar Square, la casa de gobierno en Downing Street, donde se dejaron miles de zapatos de niños para simbolizar la matanza de criaturas en el Líbano.

Se organizaron sentadas frente a la residencia y casa de gobierno; muchos manifestantes se pintaron sus cuerpos de rojo y se tiraron en el suelo para simbolizar los muertos, todos tuvieron que ser sacados a la fuerza por la policía.

De ahí se siguió hasta el Parlamento, el punto de destino, donde se había montado un escenario desde donde hablaron miembros de la coalición Stop the War, del CND, sindicalistas, diputados opositores del Partido Laborista y miembros de Respect. Las palabras del ex-diputado Tony Benn, sintetizan muy bien el ánimo de los manifestantes ¡Hasta que Blair y Bush no retiren sus tropas de Irak y Afganistán y hasta que Israel no retire sus tropas de Líbano no habrá paz en Medio Oriente! ¡Hasta que Tony Blair no se vaya de Downing Street no habrá paz en medio Oriente!

El ánimo de la marcha se reflejaba en el nivel político de las consignas que decían:

¡Cese Incondicional del Fuego!
¡Fuera Israel de Líbano!
¡Alto a los ataques de Israel a Líbano y Gaza!
Blair ¡Basta de apoyar las guerras de Bush!
¡Por una Palestina libre!
¡Bush y Blair! ¡Ustedes son los terroristas!

Esta marcha se da además en una semana difícil para el Primer Ministro quien fue altamente criticado en todos los medios por su posición cómplice con los ataques en Líbano por parte del Estado de Israel. Según el semanario The Economist “La decisión de Blair de pegarse al presidente Bush y de no refrenarse en Israel lo ha dejado más aislado y vulnerable en su país que en cualquier otro momento desde que llegó al poder en 1997” (04/08/06)

El propio gabinete se mostró dividido alrededor de la política exterior; la ministra de Relaciones Exteriores, Margaret Becket, declaró que un cese del fuego sería lo conveniente al mismo tiempo que el ex ministro del Exterior, Jack Straw, manifestaba que Israel había actuado de manera desproporcionada.

El alineamiento de Blair con el argumento de Bush de que están librando una guerra contra el terror, además de costarle su aislamiento, lo ha llevado a actuar de manera más presidencialista, ignorando los consejos de su gabinete y sin siquiera consultar con el parlamento - en receso - el apoyo a Israel, lo que le valió críticas de parte de muchos diputados.

A la falta de apoyo de su propio gobierno se suma el lanzamiento de un nuevo partido político formado por los familiares de los militares muertos en Irak, Espectre (Espectro) que piensan presentarse en 70 distritos, dando una muestra más del fracaso del discurso de Blair.

El futuro de Blair se muestra cada vez más incierto, es que “Blair se ha vuelto identificado con esta guerra y su posición depende de cuán larga y sangrienta continúa siendo” (The Economist, 04/08/06)

La marcha del 5 de agosto fue mucho más numerosa que la realizada dos semanas atrás, además hay protestas semanales frente a la casa de gobierno y acciones locales.
Tenemos que desarrollar este movimiento con todo, peleando por el fin de la ocupación imperialista en Irak, por echar a las tropas de EE.UU. y Gran Bretaña de Irak, Afganistán y todo Medio Oriente.