PO vuelve a atacarnos sobre nuestra manifiesta independencia del gobierno de Evo Morales. Ahora inventan que el PTS “oculta” el llamado al voto blanco o nulo que hicimos en las elecciones a Constituyente y en el referéndum del 2 de julio pasado en Bolivia ¿No encontraron mejor argumento para polemizar? El PTS no necesita esconder nada, pues para empezar, las posiciones en Bolivia de nuestra corriente internacional, la FTCI, se expresan sistemáticamente en el mensuario Palabra Obrera, de la LORCI y otros materiales.

¿No será que las necesidades de aparato nacionales e internacionales de la dirección de PO llevan a “polemizar” con tales banalidades? PO quiere disimular ante sus militantes las consecuencias de la política oportunista de construcción internacional que tiene en Bolivia una de sus vitrinas: la orientación que por años aconsejó a su grupo simpatizante en Bolivia, la OT, y que remata en el seguidismo electoral a Evo Morales, llevó a su disolución. Mientras la FT, a pesar de las modestas fuerzas de nuestro joven grupo, está interviniendo y haciendo una experiencia en común de lucha, organización y política con trabajadores del aeropuerto, fabriles y otros, mostrando que se puede desplegar una política independiente y ligarse a sectores obreros avanzados (aún minoritarios) sin necesidad de caer en la adaptación al MAS ni a la burocracia sindical.

¿Apoyo crítico a Evo Morales o política obrera independiente?

PO ratifica la línea de “apoyo crítico” al MAS en las elecciones que mantiene desde diciembre. PO insiste en que había que votar por el “no” en el referéndum, aunque mantiene cauto silencio sobre el voto a los constituyentes de Evo Morales. En el mensuario de la LORCI, Palabra Obrera, vinimos denunciando el pacto entre el MAS y la derecha para una Constituyente retaceada y el referéndum vinculante (lo que basta para dejar en ridículo la aseveración de PO de que el PTS esconde que el MAS estuvo por el Sí autonómico hasta poco antes del 2 de julio). PO se queja de que la denuncia consecuente de ese “pacto, sin embargo, no le impidió al PTS intentar (sin éxito) presentar una lista a la Constituyente. ¿En qué quedamos? Alegan un “pacto” para negarse a votar “no” en el referéndum por las autonomías, pero se olvidan del mismo ‘pacto’ cuando se trata de participar de la elección constitucional.”

PO quiere confundir la denuncia del pacto planteando una política de clase: la lucha por llevar una representación obrera independiente a la AC para utilizarla como tribuna revolucionaria, como hicimos desde la LORCI; con apoyar la política del MAS que el 2 de julio -tanto en la elección de constituyentes como el “no” en el referéndum- estaba al servicio de la concertación con la reacción proimperialista, una política que no se ha roto a pesar de las pugnas y forcejeos y a la que el MAS subordina políticamente la fuerza de las masas.

Si el voto por los constituyentes masistas no sirve para “derrotar a la derecha”, tampoco sirvió el “no” en un referéndum que hasta Altamira reconoció que “no era confrontativo”, legitimando el “pronunciamiento autonomista” de la burguesía cruceña y tarijeña para condicionar aún más a la Constituyente. La posición de PO no sirve para derrotar a las oligarquías, ni para diferenciarse políticamente del MAS, ni para denunciar al referéndum. No extraña que un partido que ya en diciembre descubrió “diputados revolucionarios” en el MAS no conciba otra alternativa.

¿”Yo campista?” se indigna la dirección de PO. PO no necesita formular una teoría expresa de los campos. Le basta con practicarla para “no alejarse de las masas” llamando a apoyar políticamente al “mal menor” y con este argumento, se ubica en todos los escenarios electorales a la sombra del MAS. PO, que se considera “el” partido, “responsable” y “realista” ante la lucha de clases, renuncia a impulsar la más esencial de las tareas en el proceso político boliviano en la hora actual, caracterizada por el “desvío” al terreno parlamentario/constitucional y el comienzo de experiencia con el reformismo en el gobierno: combinar el impulso a la movilización obrera y popular con una línea de organización política independiente, ayudando a la vanguardia obrera a avanzar en su proceso de experiencia y ruptura con el MAS y no atándola al apoyo “crítico” al “mal menor”.

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