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Netanyahu teme que la inestabilidad en Egipto dure años
02 Feb 2011 |

Israel sigue de cerca y con mucha preocupación los vientos de cambio que soplan en los países árabes vecinos. Un cambio de Gobierno en el Cairo podría dar la vuelta a toda la ecuación política de la zona. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha expresado hoy su preocupación en el Parlamento, después de varios días de escasas intervenciones oficiales israelíes en relación con la sublevación popular egipcia. Netanyahu pidió apoyo a Israel frente al peligro de un periodo de inestabilidad que podría durar años, según estimó el dirigente israelí.

ANA CARBAJOSA, ENVIADA ESPECIAL, Ammán 02/02/2011

Egipto firmó un acuerdo de paz con su vecino israelí en 1979 y desde entonces, la cooperación de Egipto ha sido clave para Israel. El régimen de Hosni Mubarak ha sido el eterno mediador en el conflicto de Oriente Próximo. Hoy Netanyahu ha expresado su esperanza de que cualquier nuevo Gobierno Egipto mantenga el acuerdo de paz con Israel y también ha opinado que Irán desearía ver Egipto convertido en una nueva Gaza.

Pero los temores israelíes no se ciñen a las repercusiones en el conflicto con los palestinos. Elecciones libres en países que durante décadas han estado sometidos a regímenes dinásticos como Egipto significa abrir la puerta a movimientos islamistas y a partidos menos complacientes con el vecino Israelí. Netanyahu expresó su tan conocida como dicotómica cosmovisión. "Hay dos visiones, la del mundo libre y la del mundo radical", dijo para a continuación asegurar que cuál termine por instalarse en Egipto constituye "un asunto crucial también para Israel".

"Es posible que ninguna de las visiones se imponga sobre la otra y la incertidumbre y la inestabilidad duren años en la región", agregó el primer ministro israelí. En cualquier caso, estimó que "un Egipto que adopte esas reformas [democráticas] será una fuente de esperanza para el mundo".

La protesta pacífica se ha extinguido hoy en Egipto. Grupos pro y anti-Mubarak han mantenido durante horas una batalla campal en la plaza Tahrir (Liberación), epicentro desde hace nueve días de la revuelta contra un régimen que dura ya tres décadas. Con actitud muy violenta, grupos de seguidores del presidente han irrumpido en la céntrica plaza y se ha desencadenado un enfrentamiento con palos y piedras. El Gobierno ha informado de la muerte de un militar y de más de 600 heridos. Aunque las imágenes de televisión muestran ahora la plaza en calma, continúan los enfrentamientos en algunas calles adyacentes, según la cadena Al Yazira. La pelea ha sido dura durante todo el día y, con la llegada de la noche, se ha recrudecido por momentos con el lanzamiento de bengalas y cócteles molotov. Algunos han impactado contra el Museo Egipcio, aunque han caído en la zona de jardines y el edificio "está a salvo", según ha dicho a Reuters una persona que se encontraba en su interior. Mientras tanto, el régimen ha rechazado dar paso de manera inmediata a una transición como ha pedido (y reiterado hoy) la comunidad internacional. Al final del día, el nuevo vicepresidente egipcio, Omar Suleimán, ha pedido a los ciudadanos que regresen a sus casas y respeten el toque de queda, a la vez que ha vinculado la apertura del diálogo con la oposición a que esta detenga las protestas.

Los grupos pro-Mubarak han irrumpido en la plaza de la Liberación pese a los cordones del Ejército -que ha tratado de no involucrarse aunque ha disparado al aire en algunos momentos de máxima tensión según Al Yazira- y de los propios manifestantes contra el régimen, quienes mantienen allí una concentración desde el pasado viernes que ayer alcanzó su punto culminante con cientos de miles de personas. El anuncio del presidente a las once de la noche (una hora menos en la España peninsular) asegurando que no se volvería a presentar en septiembre, no bastó para los grupos opositores. La multitud se quedó en la emblemática plaza cairota, que ha amanecido con unas 1.500 personas, a las que, como en días anteriores, se iban sumando nuevos manifestantes. Sin embargo, desde primera hora han puesto también rumbo hacia allí los partidarios del Gobierno con el objetivo de desalojarlos.

Los grupos que apoyan al rais han conseguido entrar en la plaza de la Liberación a última hora de la mañana y la protesta, ejemplarmente pacífica ayer, se ha vuelto violenta, ya que los anti-Mubarak no están dispuestos a retirarse de las calles antes de que el presidente deje el poder. Las imágenes de televisión han mostrado enfrentamientos a puñetazos, estampidas y carreras, lluvias de piedras (desde las azoteas hay gente lanzando piedras, sillas y otros objetos contundentes) y hasta cargas a caballo y camello -los opositores denuncian que eran policías de paisano, aunque el Ministerio de Interior lo niega. Inicialmente se ha intentado apartar de la refriega a mujeres y niños (ayer había incluso bebés en la concentración ). Con la llegada de la noche, se han visto bengalas, se han lanzado cócteles molotov (al menos cuatro, según testigos de Reuters) y una parte de la plaza se ha cubierto de humo, procedente según Al Yazira de un edificio contiguo que se habría incendiado. El ministro de Sanidad ha informado a través de la televisión estatal de que ha muerto un soldado al caer desde un paso elevado y al menos 611 personas han resultado heridas.

El lanzamiento de cócteles molotov ha provocado un gran susto cuando se ha visto impactar algunos contra el Museo Egipcio, que había sido acordonado por los militares cuando los disturbios se aproximaban a esa parte de la plaza. Un egiptólogo que se encontraba en el interior del edificio, que alberga la mayor colección mundial de arte faraónico, ha señalado a la agencia Reuters que estos impactaron en los jardines y que no han provocado daños. "Por el momento el edificio está a salvo, pero no sabemos lo que va a pasar porque los partidarios de Mubarak están fuera de control", ha dicho el testigo, que ha pedido mantener el anonimato. Otras fuentes han apuntado también a los seguidores del presidente egipcio como autores del ataque al museo.

Condena de El Baradei y la comunidad internacional

A la vista de los disturbios, el líder opositor Mohamed El Baradei, premio Nobel de la Paz y ex director de la Organización Internacional de la Energía Atómica, ha culpado al régimen de Mubarak, al que acusa de "tácticas de terror". "Estoy muy preocupado, es un nuevo síntoma, una nueva indicación de un régimen criminal cometiendo actos criminales". "Mi temor es que esto devenga en un baño de sangre", ha dicho a la vez que calificaba a los partidarios de Mubarak de "panda de matones". Los opositores a Mubarak están convencidos de que tras los choques se encuentran grupos de policías de paisano, y han mostrado a las cámaras de televisión tarjetas supuestamente extraídas a sus agresores que les identifican como miembros de las Fuerzas de Seguridad.

También se han producido ya las primeras reacciones de la comunidad internacional. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha expresado su "profunda preocupación" por la violencia que se ha desatado. Durante una visita a Londres, Ban ha subrayado que los ataques contra manifestantes pacifistas son "inaceptables". A su lado, el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, ha señalado que sería inaceptable que el régimen estuviera fomentando o tolerando esa violencia, en unas declaraciones recogidas por Reuters. EE UU ha llamado "a todas las partes a contenerse y evitar la violencia", según ha dicho el portavoz del Departamento de Estado. La Casa Blanca ha condenado los hechos al igual que la ministra de Exteriores de Francia, Michèle Alliot-Marie. El portavoz de la Presidencia de EE UU, Robert Gibbs, ha insistido en que Washington considera que Egipto debe hacer cambios inmediatamente -"ya mismo significa ya mismo" ha enfatizado- y ha recordado que el presidente Barack Obama ya pidió que la transición se inicie sin demora.

El único pronunciamiento de los dirigentes egipcios al respecto ha sido para negar la participación de policías de paisano o de cualquier otro tipo de milicias progubernamentales. Sí ha señalado el ministro de Exteriores, en cambio, que Egipto rechaza las peticiones de EE UU y de algunos países europeos para que inicie inmediatamente la transición y no posponga el proceso a septiembre. En un comunicado difundido por la agencia oficial MENA, el responsable egipcio de Exteriores ha dicho que los llamamientos de "partes extranjeras" son "rechazados" y que "tratan de influir en la situación interna" del país.

El Ejército pide el fin de las protestas

Mientras, el presidente egipcio, que se resiste a abandonar el poder, ha ordenado hoy la suspensión del Parlamento hasta que se revisen los resultados de las elecciones legislativas del pasado diciembre. La oposición denunció el fraude masivo en esos comicios en el que el partido de Mubarak se hizo con la casi totalidad de los escaños. El anuncio ha llegado apenas después de que el Ejército, actor clave en el país, tomara la palabra para pedir a los manifestantes contra el régimen que regresen a sus casas ya su mensaje ha sido escuchado y sus demandas conocidas. "Se ha escuchado vuestro mensaje y se van a atender vuestras demandas", ha dicho por televisión un portavoz del estamento militar, pieza fundamental en el país por el apoyo del que goza entre la población pero también como cuna del actual presidente y de los dos anteriores. "Las Fuerzas Armadas os llaman. Empezasteis saliendo a la calle para expresar vuestras demandas y sois los únicos capaces de recuperar la vida normal", ha añadido.

La suspensión parlamentaria y la llamada del Ejército no han servido para detener la afluencia de manifestantes a la plaza de la Liberación. "Nosotros no nos iremos, él [Mubarak] se irá", es el mensaje que coreaban los manifestantes. La oposición ha llamado a mantener las protestas y ha asegurado que solo negociará con el vicepresidente Omar Suleimán -designado por el presidente para dialogar con los partidos opositores- si Mubarak abandona, según ha anunciado el portavoz de la coalición que incluye, entre otros, al partido de Mohamed El Baradei, que ha vuelto al país para liderar la oposición, y los Hermanos Musulmanes. En unas declaraciones por televisión, El Baradei ha insistido en que Mubarak debe dejar el poder, que detenta desde octubre de 1981, antes del 4 de febrero, conocido ya entre los opositores como el viernes de la partida.

El tambaleante régimen, por su parte, ha tomado otras medidas para aliviar el bloqueo que vive la población. Esta mañana se ha restablecido, aunque todavía de forma parcial, el servicio de Internet y se ha anunciado una reducción del toque de queda. No se podrá permanecer en la calle entre las cinco de la tarde y las siete de la mañana. Hasta hoy, el toque de queda estaba vigente entre las tres de la tarde y las ocho de la mañana.

 

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