Alrededor de 300 personas acudieron a la histórica explanada de la Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche para mostrar su solidaridad al grito de abajo Mubarak. Una acción de emergencia convocada unas horas después de estallar la situación en Egipto, donde multitudinarias movilizaciones están sacudien do el país. En todo el mundo se dieron importantes actos de solidaridad, como en Francia donde la policia reprimio fuertemente o en Los Angeles, EE.UU., desde donde se observan con angustia los acontecimientos, de Egipto, donde aun y con la prohibición de las protestas y de decretar el toque de queda las masas seguían en la calle desafiando a las fuerzas del orden, pidiendo la caída del dictador.
Miembros de la comunidad árabe en Berlín en su mayoría, hombres, mujeres y niños de origen egipcio, tunecino, se dieron cita, como también algunos miembros de la izquierda trotskista alemana, mientras los partidos de izquierda y sindicatos brillaron por su ausencia, a pesar de la importancia para la clase obrera internacional y su inicial protagonismo en los levantamientos en Tunéz e Egipto.

En las diferentes intervenciones se dio cuenta de la situación que venia ocurriendo desde hace semanas cuando el pueblo tunecino sacudió al mundo al tirar al represor Ben Ali, después el coraje e indignación contra del gobierno de Muburak no se hicieron esperar, denunciando los anos de represión y de injusticia que este personaje y su gobierno ejercieron en contra de las masas egipcias y contra el cual abría que luchar hasta derribarlo. Se sentía el optimismo de los manifestantes, de que la larga dicatadura de Mubarak está llegando a su fin. La chsipa que encendió Túnez ha llegado a Egipto. “Ayer Túnez, hoy Egipto " se leía en una pancarta mientras un orador gritaba al micrófono “¡La revolución triunfará! ¡Libertad para Egipto!“. Un jordano asistente decía “Sí, Mubarak se tiene que ir. (...) Tenemos el mismo problema que en Túnez. La gente dice, basta. Lo que queremos es democracia.” Después de muchos años se sentía el orgullo entre los manifestantes, el orgullo de un pueblo que ha encontrado la valentía para alzar su voz, contra la desocupación, la miseria, la falta de libertad y la represión. Un joven de unos veinte años planteaba, “Yo voy a apoyar aquí la revolución.“.

Los militantes berlineses de Internationaler Klassenkampf asistimos a esta cita de honor, de ejercicio elemental de internacionalismo, en la imperialista Alemania, - uno más de los aliados imperialistas a los autócratas en la región - a esta importante acción en solidaridad con el pueblo egipcio y por la derrota del gobierno de Mubarak, pues cada golpe a los aliados del imperialismo lo es también al imperialismo mismo. Militamos una edición especial de nuestra revista en solidaridad con el pueblo Magrebí, de buena acogida sobre todo entre jóvenes mujeres migrantes, cuyas hermanas en Túnez y Egipto están luchando en primera fila.

¡Viva la lucha del pueblo egipcio!

¡Abajo Mubarak y sus amigos, los imperialistas!