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La izquierda italiana entre el gobierno y los procesos de recomposición
04 Jul 2006 |

Autor: Antonino Marceca, Comité Central del PC-ROL

Publicamos aquí un artículo enviado por la Dirección del Partido Comunista - Refundar la Oposición de los Trabajadores (PC-ROL) respecto de la situación en la Italia de Prodi y el rol de la izquierda. El PC - ROL es un desprendimiento de ex Progetto Comunista, corriente que durante años integró la izquierda del Partido Refundación Comunista y que a su vez esta ligada al Partido Obrero argentino, integrante de la Coordinadora por la Refundación de la Cuarta Internacional (CRCI).

Después de la muy ajustada victoria de Unione -una coalición de partidos de izquierda y liberal-democráticos- del 9 y 10 de abril, el dirigente liberal Romano Prodi ha constituido un gobierno de los representantes de todos los partidos que conforman Unione y que son sostenidos por las asociaciones empresariales y los grandes sindicatos.

El gobierno de la Unione ha declarado la intención de querer sanear las finanzas del Estado y de relanzar el capitalismo italiano en los mercados europeos e internacionales gracias a los recursos previstos que se obtendrán del sacrificio de los trabajadores y las masas populares. Por esto el gobierno de Prodi cuenta con el apoyo explícito de la Confindustria [1], los grandes bancos, los medios de comunicación burgueses y la Europa imperialista.

Berlusconi y la Casa de las libertades -coalición compuesta por partidos de centro católicos, liberal-conservadores y la derecha reaccionaria- han logrado mantener el apoyo de gran parte de la pequeña y mediana burguesía de las regiones septentrionales de la península, de amplios sectores de la burguesía mafiosa en el sur, pero también de trabajadores y estratos populares en todo el país. En el Vaticano, entre los grupos de poder más fuertes que apoyan la política de Berlusconi y la Casa de las Libertades, se encuentran solamente los sectores más reaccionarios.
En el primer mes de actividad, el gobierno de Prodi ha anunciado los lineamientos generales de su política económica y exterior.

La política económica del gobierno se articula en un primer ajuste financiero, lanzado el 30 de junio, de alrededor de 8 mil millones de euros a la que le seguirá una ley de presupuesto que prevé un recorte fiscal de 40-50 mil millones de euros en otoño. Se trata de medidas estructurales tendientes a la liberalización y a los recortes en los sectores claves del gasto público: empleo público, sanidad, entes locales y pensiones. En otras palabras, se trata de una política de “lágrimas y sangre” [2] para los trabajadores y las masas populares.

La política exterior ha experimentado un evidente cambio con respecto al gobierno anterior. Prodi se ha esforzado inmediatamente en reposicionar a Italia en la Unión Europea (UE) en estrecha alianza con Francia, España y Alemania, haciéndose vocero del sector del imperialismo italiano que ve en la reestructuración, también de tipo militar, del polo imperialista europeo, el trampolín para su relanzamiento. Haciendo justamente referencia al financiamiento de las misiones militares del imperialismo italiano, aprobado el 30 de junio pasado, el gobierno ha declarado que la guerra en Afganistán, a diferencia de la de Irak, goza de legitimación internacional debido a la participación de organismos internacionales (ONU, UE, OTAN). Por otra parte, Italia flanquea en esta guerra a los aliados europeos (Alemania, Francia, España), y el retiro unilateral representaría una fractura estratégica de la OTAN.

La participación de la izquierda italiana en la Unione y el gobierno ha empezado a acelerar los tiempos en el proceso de su descomposición y recomposición.

Después de la victoria electoral de la Unione, el proyecto del “Partido Democrático”, fuertemente sostenido por Romano Prodi, ha experimentado una aceleración evidente. La impronta de este partido tendría que ser dada, por un lado, por la unificación del partido liberal “DL-Margherita” de Rutelli, y, por otro, por la mayoría democrático-liberal de los Demócratas de Izquierda (DS) de Fassino. Se quiere constituir entonces un fuerte partido liberal de la burguesía italiana, mayoritario y hegemónico en el sector de centroizquierda.

La izquierda socialdemócrata del DS no desea ver conformado el Partido Democrático y considera esencial la pertenencia de la DS a la Internacional Socialista y al Partido Socialista Europeo, sin embargo no tiene la fuerza necesaria como para bloquear el proceso en curso.

En esta contradicción se enmarca la propuesta del Partido de la Refundación Comunista (PRC) a los sectores de izquierda de la DS y su base sindical de la CGIL [3] de dar el puntapié inicial en la conformación de la sección italiana del Partido de la Izquierda Europea: un partido socialdemócrata. Al hacer esta propuesta la mayoría del PRC demuestra no temerle a los “sectores críticos” del partido. Éstos están constituidos, en orden de importancia, por Ernesto-Essere comunisti (Ernesto-Ser Comunistas), corriente de orientación togliattiana [4] y stalinista, por Erre-Sinistra critica (Erre-Izquierda Crítica), de derivación pablista y, actualmente, parte integrante del Secretariado Unificado; por Falce e Martello (Hoz y Martillo), seguidores de la tendencia inglesa de Alan Woods; por Marco Veruggio, ex seguidor de Ferrando y partidario de Altamira del Partido Obrero argentino. Mientras los parlamentarios de Erre-Sinistra critica y de Ernesto sostienen al gobierno, todos los “sectores críticos” permanecen sólidamente en el partido. Ninguno de éstos tiene un proyecto de construcción independiente, por lo tanto, el PRC espera reforzarse con la conformación de la sección italiana del “Partido de la Izquierda Europea” y ya hoy fluyen hacia el partido sectores de corte político socialdemócrata provenientes de DS y la CGIL. El PdCI (Partido de los Comunistas Italianos), de orientación togliattiana stalinista intenta insertarse en este proceso de descomposición de los DS, proponiendo, en competencia con el PRC, la propuesta de construcción del “Partido del Trabajo”, pero evitando el choque.

Después de ingresar en el gobierno el PRC sufrió la escisión también del grupo de Ferrando y Grisolia, grupo que después de haber perdido al sector liderado por Marco Veruggio, es decir, alrededor del 30% del grupo, ha disminuido aún más. El fracaso de la asamblea del 18 de junio en Roma, promovida por Ferrando para lanzar el proyecto del PCL (Partido Comunista de los Trabajadores), es el resultado. Ferrando ha dado inicio a un pequeño grupo centrista que gira alrededor de sí mismo, sin delimitación programática, sin ninguna referencia al trotskismo, ni siquiera en sus símbolos partidarios, que intenta abarcar a sectores movimientistas y stalinistas. Un grupo sumergido en la dicotomía caudillismo/oportunismo. Ferrando, el mismo día del puntapié inicial de su pequeño grupo declaró al diario Il Manifesto que ante la eventualidad de asumir un cargo como senador no habría hecho caer el gobierno de Prodi y que para evitar esta opción frente a la debilidad del consenso del gobierno en el senado, habría adoptado “otras medidas... incluyendo las dimisiones parlamentarias”. No hay que maravillarse: el grupo de Ferrando ya había apoyado antes las instancias primarias para la elección de Prodi, después apoyó a Unione en la elección política, finalmente a las elecciones administrativas con sus propios candidatos.

El Proyecto Comunista - Refundar la Oposición de los Trabajadores (PC-ROL) ha dado inicio a la fase constituyente para la construcción del partido comunista revolucionario en Italia, sobre sólidas bases programáticas y organizativas. El PC-ROL, también en sus emblemas, se reclama del marxismo revolucionario y de la necesidad de refundar la Internacional revolucionaria de los trabajadores, la Cuarta Internacional. A inicios del próximo año tendrá lugar nuestro primer congreso partidario y decidiremos su nombre. No se trata de un proceso fácil y lineal, es más, las dificultades son innumerables pero el éxito de la asamblea que hicimos el 22 de abril en Roma nos reconforta al andar por la senda elegida, un camino nuevo para Italia.
Los cuadros y militantes del PC-ROL, nuestros militantes sindicales clasistas se esfuerzan en denunciar la política económica y exterior del gobierno: los ajustes financieros y el nuevo pacto social (la nueva concertación) entre los sindicatos CGIL, CISL y UIL, el gobierno de Prodi y la Confindustria; el financiamiento de las misiones militares en el exterior y la intervención imperialista en Irak y Afganistán.

Los comunistas revolucionarios de este país son los responsables de salvaguardar la oposición de clase frente al gobierno de la Unione.

 

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