San Pablo, 15 de octubre de 2010

Compañeros y compañeras:

Desde San Pablo, Brasil, les enviamos un fuerte saludo a todos nuestros hermanos y hermanas de clase en Francia, que están entablando un valeroso combate en defensa de sus derechos.
Saludamos también a todos los estudiantes secundarios y universitarios que se están sumando a los trabajadores en defensa de su derecho a un futuro digno.

Somos miembros del SINTUSP – Sindicato de los Trabajadores de la Universidad de San Pablo – que en nuestro país también se levantó en una importante huelga en defensa de los derechos de los trabajadores y la universidad pública. Nos levantamos contra la persecusición del gobierno del Estado a los trabajadores y sus organizaciones, y por el mantenimiento del derecho democrático y elemental de manifestarnos con los métodos propios de nuestra clase. Por lo tanto, es con mucha alegría que vemos como en Francia los trabajadores y la juventud hoy retoman algunos de estos métodos para combatir la reforma en las jubilaciones que Sarkozy pretende imponer, en un intento de hacer que la crisis capitalista sea pagada por los trabajadores. Nos sentimos parte de las marchas y mobilizaciones que ya sumaron más de 3,5 millones de personas, y que son un gran ejemplo para los trabajadores de todo el mundo, teniendo que extenderse cada vez más.

A pesar de que en nuestro país haya una visión de que la crisis capitalista ya habría pasado, producto del crecimiento económico del último período y de la estabilidad del último gobierno nacional, sabemos que esta situación es momentanea. Que la crisis capitalista sigue golpeando duramente diversos países del continente europeo, e incluso a la economía más importante del mundo, la de Estados Unidos.

Sabemos que ante una crisis de esta magnitud la salida de la burguesía y de sus gobiernos es una sola: dividir a la clase obrera e intentar descargar en nuestra espalda el costo de las crisis que no generamos.

Durante décadas vimos en los países latinoamericanos cómo la burguesía local, en alianza con la burguesía imperialista, profundizó los artificios para dividir a la clase trabajadora entre efectivos, tercerizados y precarizados. Y eso no solo para mantener su tasa de ganancia, sino también para impedir que a partir de su unidad la clase trabajadora muestre su fuerza. Eso es lo que Sarkozy con la reforma de las jubilaciones intenta hacer. Y es con la unidad de los trabajadores y de la juventud como se dará la única respuesta capaz de impedir este ataque.

Desde nuestro distante país vemos con inmenso entusiasmo las potencialidades de esta lucha, que si son determinadas en asambleas de base pueden sobrepasar los límites impuestos por la burocracia sindical conciliadora e ir más allá de huelgas generales puntuales, preparando acciones contundentes que hagan retroceder al gobierno. Es de esta coordinación de base de los trabajadores que puede surgir la victoria, y la inauguración de una nueva práctica en el movimiento de los trabajadores, capaz de superar a la burocracia sindical oficial.

Reciban nuevamente compañeros y compañeras nuestros más calurosos y sinceros saludos clasistas e internacionalistas.

Sindicato de los Trabajadores de la USP