El 1° de mayo se vivió una jornada sin precedentes, se movilizaron más de dos millones de personas, en su mayoría inmigrantes ilegales. Crece la polarización entre la derecha y los inmigrantes y se profundiza el problema que dio origen al movimiento: el país más poderoso del mundo descansa sobre el trabajo de millones que no acceden siquiera a derechos elementales.

Es difícil poner en su justa medida la magnitud de los acontecimientos de este 1° de Mayo en Estados Unidos. A pesar de que ahí hace 120 años murieron los mártires de Chicago y se adoptó ese día para conmemorar la lucha obrera en todo el mundo, el 1° de Mayo es oficialmente el “Día de la Ley”, un día laboral como cualquier otro. No existe ningún recuerdo cercano en la memoria de los millones que se movilizaron de un 1/5 con negocios y fábricas cerradas, porque la última huelga masiva nos obliga a remontarnos a principios del siglo XX. Por esto el hecho de que haya habido un buen número de fábricas y negocios cerrados le dio a esta jornada un enorme peso simbólico.

El paro y boicot generaron las primeras divisiones entre los inmigrantes, sobre todo entre las dos grandes coaliciones, “We Are America” (Somos America) y la “Coalición de la marcha del 25/3” de Los Angeles. La primera convocó a marchar y se mantuvo al margen del boicot, llamando a la prudencia; la segunda alentó el boicot y el paro, aunque sin garantizar medidas que respaldaran estas acciones, cuando la central obrera del país (AFLCIO) era parte de las convocatorias. Sin embargo los inmigrantes dieron una enorme muestra de voluntad de lucha, arriesgando sus puestos de trabajo (en su mayoría sin apoyo sindical). A pesar de las amenazas durante las últimas semanas y la histeria racista desplegada en todo el país se llevó a cabo esta histórica jornada.

Paros, boicot y nuevas movilizaciones históricas

Una vez más marcharon millones en el corazón del imperialismo, centralmente en Chicago, Denver y Los Angeles. Por segunda vez los inmigrantes latinos, junto a importantes sectores de la comunidad asiática y árabe, y en menor medida negra y blancos, se movilizaron ampliamente en las principales ciudades del país.
La procesadora de carne más importante del país (Tyson Food) debió cerrar alrededor del 10% de sus 100 plantas por falta de personal, grandes empresas latinas cerraron sus puertas, como la mayor distribuidora de alimentos Goya. En el sector agrícola los trabajadores “estacionales” (sin derechos sindicales) se hicieron sentir con fuerza, en varias regiones de California (especialmente el Sur) hubo un ausentismo superior al 50%. Sumado a esto, hoteles y otras empresas de servicios sintieron la ausencia de trabajadores; además en varias ciudades fue notorio el ausentismo en las escuelas secundarias, sobre todo en California. En Chicago, donde no se llamó al boicot, muchas empresas cerraron sus puertas de todas formas, en Washington la ausencia se notó en el tránsito y la actividad comercial. También se sumaron al boicot pequeños comerciantes latinos.

Queda por delante el debate en el Senado y las próximas elecciones parlamentarias donde demócratas y republicanos tratarán de dar respuesta a una sociedad cada vez más polarizada. De un lado la derecha conservadora que clama por una frontera militarizada (esta semana se registró un aumento récord de afiliación voluntaria a las patrullas civiles que “protegen” la frontera, conocida como Minutemen), pide mano dura y es contraria a otorgar cualquier derecho a los inmigrantes ilegales (que son más de 11 millones). Por el otro, los inmigrantes que nutren importantes sectores económicos, como el agrícola y los servicios. Hasta hoy el gobierno de Bush no logra siquiera unificar a su propio partido, que agudiza sus divisiones ante cada paso. La patronal yanqui exige la legalización de mano de obra barata pero por otra parte no puede permitir que las movilizaciones se fortalezcan y apelan a todo tipo de amedrentamientos.

Es vital hoy alentar y apoyar la movilización independiente de los inmigrantes y sus demandas, enfrentando a la derecha que seguirá golpeando, y desenmascarando a las direcciones del movimiento (como la Iglesia Católica, los partidos patronales y los burócratas sindicales) que crean ilusiones en una “legalización” restringida acordada en el mismo parlamento que vota el financiamiento de la guerra imperialista en Irak, el mismo parlamento que defiende los intereses de los patrones que liquidan las conquistas obreras y buscan hoy dividir y enfrenta a los trabajadores.

Queda en manos de la clase obrera norteamericana sumar a sus filas a los que intentan recuperar su tradición de lucha, esta tarea impostergable se hace concreta hoy en la defensa incondicional de todos los trabajadores indocumentados.

Muestra de solidaridad obrera

Los camioneros de Long Beach (California) conocidos como los “troqueros” (por trucker, camionero en inglés) dieron un respaldo ejemplar con la huelga que paralizó el 90% del transporte de mercancías desde los puertos de la región bajo la consigna “El pueblo, troqueros y estudiantes unidos” en solidaridad con la lucha de los inmigrantes.

Desde Nueva York

Por: YM y AG, colaboradores de la FT-CI

El 1° de mayo participamos de la importante manifestación de Nueva York. Distribuimos la publicación "Emancipación Obrera", en castellano e inglés con la declaración de la FT-CI. Al llegar a Nueva York fuimos desde "North West Bronx," donde tuvo lugar una gran manifestación de los habitantes de este barrio, casi todos latinos. Formaron una "cadena humana" a lo largo de la calle, muy impresionante, con sus banderas, carteles y consignas como, "Aquí estamos, aquí trabajamos, y no nos vamos. Si nos echan, regresamos". Caminamos lo largo de la cadena para distribuir nuestros boletines y pedir colaboraciones, la mayoría de los participantes aportó de forma solidaria.
Marchamos a Washington Heights, otro barrio de Nueva York, donde nos esperaba un tren, en el que viajamos gratis hasta la plaza Union Square. La policía trató de frenar la marcha varias veces para evitar que los trabajadores corten la calle. Los manifestantes respondieron cantando: "Bush: escucha, estamos en la lucha, no somos uno, no somos cien, somos millones, cuéntenos bien". Hubo muchos estudiantes y jóvenes, conversamos con varios de ellos. A las 2 de la tarde (dos horas antes del inicio de la manifestación), la Union Square estaba llena de gente, y a las 4 era muy difícil caminar por allí, entre los más de 20 mil participantes.