Laura Capra merece el titulo de la nota porque está al servicio de esta multinacional desde el primer momento de su actuación. Tal es así que durante varios días fijó su despacho en la oficina de personal de Kraft.

Quiero destacar en primer lugar que Capra aceptó reunirse con los organismos de Derechos Humanos solidarios con los trabajadores solo por imposición de sus superiores. En aquella reunión pudimos comprobar la valoración que Capra hace de los obreros: los llamó “gente poco instruida”, y con sus palabras demostró su manifiesta animosidad contra ellos.

Queda evidenciado que su único interés es desalojar a los trabajadores para que los “instruidos empresarios de Kraft” pudieran seguir produciendo. También manifestó un profundo desconocimiento de la causa laboral anterior a su intervención, incluso dijo que no tenía porqué tomarla en cuenta. Presionó con su presencia, al mejor estilo militar, interrogando obreros en el despacho de personal sin que éstos tengan el derecho a estar asistidos por un letrado.

Para toda la delegación que se entrevistó con ella, queda claro que fue Capra quién dio la orden para que la policía Bonaerense militarizara la fabrica y reprimiera adentro y a fuera. Escondida tras el eufemismo de que está obligada a dar parte a la policía de la comisión de delito para que ésta “tome los recaudos que considere necesarios”, Capra demuestra su parcial actuación a favor de la patronal.

Como lo marca hasta el juez de la causa, en el expediente Capra no investiga el delito de Lock out patronal contemplado como delito en el código Penal. Todas estas “perlitas” hacen que Capra sea la empleada del mes de la empresa de la cual recibe ordenes. Y quizás, como comentan los obreros, “algo mas que ordenes”.

Jorge Sobrado ex detenido desaparecido, CEPrODH Zona Norte