WEB   |   FACEBOOK   |   TVPTS

 
Contundente victoria del MAS de Evo Morales abre una nueva situación política
por : LOR-CI, Bolivia

22 Dec 2005 |

El domingo pasado se llevaron a cabo las elecciones presidenciales y parlamentarias en Bolivia, hecho que generó interés en toda América Latina. Bolivia es hace varios años escenario de importantes levantamientos de masas y crisis políticas, que contaron el derribamiento de dos presidentes, dejando abierto un profundo proceso de politización. Este proceso, aunque canalizado hoy en las elecciones, sigue abierto así como siguen pendientes las demandas más sentidas.

El proceso revolucionario ante un desvío

En base a la declaración de la Liga Obrera Revolucionaria -Cuarta Internacional (LOR-CI), grupo hermano del PTS en Bolivia

El resultado electoral constituye una derrota de las fuerzas políticas abiertamente empresariales (aunque mediatizada por la importante representación lograda por PODEMOS [1]). Las elecciones se dan en un marco de gran politización, giro a izquierda y sentimientos nacionalistas y democráticos entre las masas; elementos que se fortalecieron con la crisis de junio y que el desvío electoral no pudo cambiar. Además de superar el 50,9% [2], Evo también hizo una muy buena elección en Santa Cruz, alcanzando el 29 % contra el 45% de Quiroga.

En el Congreso, la derecha logra una ligera pero importante ventaja en el Senado; en Diputados, el MAS lograría una ajustada mayoría pero necesitará acuerdos para las iniciativas más importantes que requieren dos tercios de apoyo. El voto directo de los prefectos constituye una modificación importante en el régimen unitario. La derecha burguesa obtuvo la mayoría en departamentos importantes, lo que crea un contrapeso político importante a la “izquierdización” del gobierno nacional.

El MAS se prepara a gobernar

Si bien en los próximos días y semanas será posible precisar el rumbo del nuevo gobierno ya hay que decir claramente que Evo y García Linera no pretenden profundizar el camino abierto por la movilización de masas en Octubre y Junio sino conducir un proceso de tibias reformas. La nacionalización del gas, que fue de las grandes demandas durante los levantamientos, se reduce a renegociar los contratos petroleros y fortalecer YPFB, sobre el problema del reparto de la tierra se limita a “sanear” sin liquidar el latifundio. Evo dice que “con nuestro gobierno se acabará el odio, el desprecio. Se acabará con el Estado neoliberal y el Estado colonial”, pero por medio de reformas políticas y culturales, sin afectar la gran propiedad de los empresarios, terratenientes y transnacionales.

Su proyecto es de colaboración de clases en torno a un programa reformista y limitadamente nacionalista, al que espera sumar empresarios, terratenientes y hasta capitales extranjeros en los marcos del “capitalismo andino”. Para eso subordina la fuerza y las demandas del movimiento de masas. Se apoya en los sindicatos y los movimientos sociales combativos pero establece puentes con la burguesía a través de figuras como ex miristas y curas, “pequeños empresarios” y más de 300 ONG que colaboran con él (ligadas a la Iglesia y a la “cooperación europea”) [3]. En suma, el gobierno del MAS será un gobierno frentepopulista, de conciliación con la clase dominante, para continuar al frente del Estado la tarea de contención de la lucha de masas y salvataje del orden burgués que han venido cumpliendo en los últimos años, como lo demostró en Octubre y en Junio, y no para satisfacer las demandas por las que se luchó y murió en estos combates. Y esto a pesar de que el MAS no es la representación orgánica de la burguesía ni el suyo es el gobierno que la clase dominante y el imperialismo querrían para organizar la transición a un nuevo régimen más estable. Para el imperialismo norteamericano, en particular, la llegada al gobierno del líder cocalero cercano al venezolano Chávez es un serio traspié político y diplomático.

El MAS no llega al poder mediante un proceso político “normal” sino a caballo del virtual derrumbe del viejo régimen institucional, con una profunda crisis estatal y montado en el movimiento de masas que derribó a los dos presidentes anteriores. El desvío electoral sacó a las masas de las calles y canalizó las expectativas en el MAS, pero esto no está exento de contradicciones. Aunque en las próximas semanas y meses primen las ilusiones y se abra un compás de espera con el nuevo gobierno, es posible que diversos sectores vean que es el momento de luchar en mejores condiciones por sus demandas. Muchos trabajadores, dirigentes vecinales y campesinos y jóvenes, críticos del MAS por su actuación en los levantamientos nacionales y la tibieza de sus propuestas, apoyaron a Evo pero sin extenderle un cheque en blanco, y esperan solución a sus problemas más sentidos.

Compleja transición

A pesar del contundente triunfo del MAS se abre un escenario complejo, una coyuntura muy fluida de reacomodos sociales y políticos, entre la expectativa popular y presiones contrapuestas, que también se refleja en discusiones dentro del MAS, con varios frentes de negociación: primeramente en la constitución del nuevo gobierno, buscando un “modus vivendi” entre el MAS, la oposición burguesa, las FF.AA., los “factores de poder” y los empresarios. De igual modo entre el Ejecutivo y el nuevo Congreso, donde la oposición condiciona y puede bloquear al MAS; y entre el gobierno nacional y los gobiernos de los departamentos, en particular Santa Cruz. En segundo lugar al interior del propio MAS, donde la puja política, la constitución del gabinete y el reparto de cuotas de poder tensará las relaciones entre sus alas derechas e “izquierdas” [4]. Y por último en el tipo de relaciones a establecer con los gobiernos vecinos (Brasil, Argentina, Chile y Venezuela) y los imperialismos norteamericano y europeos.

El gobierno del MAS se inicia con un importante “crédito político” aunque al mismo tiempo, estará desde el inicio bajo la presión de la clase dominante, por un lado, y de las masas expectantes de otro. Es posible que cuente a su favor con una temporal “luna de miel” con las masas y un tiempo de diálogo y negociaciones con la clase dominante todo ello facilitado por la buena situación económica [5]. Esto, más la posibilidad de trasladar las principales discusiones a un “proceso constituyente” que podría demorarse hasta bien entrado el año próximo, puede amortiguar a corto plazo los elementos de fondo de la crisis nacional. Pero la misma está lejos de haber sido resuelta, y el proceso revolucionario aunque está en sus etapas iniciales difícilmente pueda ser abortado por el proyecto de un “capitalismo andino”.

Una política obrera independiente

Los socialistas revolucionarios de la LOR-CI hemos dado la batalla por una alternativa política de los trabajadores que levante una salida obrera y campesina para la crisis nacional. Ante la inexistencia de una opción de clase en estas elecciones, llamamos a votar en blanco o nulo, pues dar el voto al MAS hubiera sido apoyarlo políticamente y colaborar con el proyecto frentepopulista.

Se abre ahora una fase de necesarias experiencias de las masas con el gobierno del MAS y sus promesas. Será una tarea clave ayudar a este proceso sin sectarismo pero sin capitulaciones, fortaleciendo una política obrera independiente frente al gobierno del MAS. Llamamos a la COB y los sindicatos a preservar la independencia política de las organizaciones de los trabajadores. Se necesita una efectiva labor de organización y preparación de la lucha por las demandas impostergables de los trabajadores, así como frente a cualquier intento de la reacción.

Los trabajadores, los campesinos, los pueblos originarios que dieron su voto al MAS no deben confiar pasivamente en las promesas de Evo, sino en sus propias fuerzas y métodos de lucha. Sólo así será posible echar a las petroleras e imponer la nacionalización del gas; expulsar a Aguas del Illimani de El Alto y La Paz; recuperar las riquezas mineras en manos de COMSUR y capitales extranjeros; obtener tierra para todos los campesinos desposeídos, acabando con el latifundio; enfrentar a los empresarios y arrancar plenos derechos sindicales, aumento salarial y mejores condiciones de trabajo en empresas, fábricas y talleres y encarar los dramáticos problemas de empleo, educación, salud y vivienda del pueblo trabajador. Es la hora de romper las ataduras que nos someten al imperialismo y sus agencias como el FMI y dejar de pagar la fraudulenta deuda externa. Incluso el legítimo deseo popular de debatir todos los problemas nacionales y “refundar el país” en una asamblea constituyente verdaderamente libre y soberana sólo será logrado con la fuerza de la movilización. Es en esta perspectiva que la vanguardia obrera tendrá que discutir cómo hacer para que la clase trabajadora pese en la vida política. Y habrá de asumir la tarea impostergable de dar pasos hacia la construcción de un genuino instrumento político de los trabajadores. Desde la LOR-CI nos ponemos a disposición de esta lucha, reafirmando la convicción de que sólo un gobierno obrero, campesino y originario, basado en las organizaciones de las masas y en la movilización revolucionaria, podrá garantizar una salida obrera y campesina a la crisis nacional.

 

Suscríbase a nuestra gacetilla electrónica
Online | www.ft-ci.org


Organizaciones de la FT-CI
La Fracción Trotskista-Cuarta Internacional está conformada por el PTS (Partido de los Trabajadores Socialistas) de Argentina, el MTS (Movimiento de Trabajadores Socialistas) de México, la LOR-CI (Liga Obrera Revolucionaria por la Cuarta Internacional) de Bolivia, MRT (Movimento Revolucionário de Trabalhadores) de Brasil, PTR-CcC (Partido de Trabajadores Revolucionarios) de Chile, LTS (Liga de Trabajadores por el Socialismo) de Venezuela, LRS (Liga de la Revolución Socialista) de Costa Rica, militantes de la FT en Uruguay, Clase Contra Clase del Estado Español, Grupo RIO, de Alemania y Militantes de la FT en la CCR/Plataforma 3 del NPA de Francia.

Para contactarse con nosotros, hágalo a: [email protected]