Entrevista a Raúl Godoy, de Zanon y dirigente de los ceramistas de Neuquén, y a Flavio Bustillo, referente de la oposición a Pedraza del FF.CC. Roca, ambos dirigentes del PTS, sobre las declaraciones de Moyano y el relanzamiento del periódico Nuestra Lucha.
¿Qué se les cruza por la cabeza cuando Moyano dice que “los trabajadores queremos llegar al poder y eso molesta”?
Raúl Godoy: Que en boca de Moyano todo eso apunta hoy a mantener su espacio en la alianza de gobierno (con intendentes y la centroizquierda kirchnerista), si es posible con más lugares en las listas. Significa también impunidad para los negociados de la cúpula de la CGT. Que sus reclamos más insistentes en muchos casos tengan que ver con la caja que ellos mismos manejan, como las obras sociales.
Fijate las ironías de esta “hora de los trabajadores”. En Capital, la CGT y las 62 Organizaciones apoyan el lanzamiento de Boudou. ¿A quién se le ocurre que un ministro millonario que viene de la UCEDE y pasea en una Harley Davidson por Puerto Madero puede representar al movimiento obrero? Aunque los burócratas sindicales tienen mucho más en común con Boudou que con los trabajadores de base… O tenés el ejemplo increíble de Sergio Rodríguez de la CGT de Neuquén, que pretende encabezar las listas de diputados del frente entre el PJ y los radicales. Este señor fue a reclamar a la Legislatura provincial que no votaría la ley de expropiación de Zanon porque iba contra la propiedad privada.
Flavio Bustillo: En el fondo, lo que dice Moyano no se aleja de la vieja pretensión de la burocracia sindical de mantener al movimiento obrero como “columna vertebral” de un proyecto burgués como es el peronismo. Bajo esta estrategia, y pese a la enorme fuerza social de la clase obrera - una fuerza capaz de paralizar los transportes, las fábricas, el Estado - los sindicatos han perdido autonomía y poder para enfrentar a los capitalistas. Y además es público que estos “capitostes” han seguido llenándose los bolsillos. El de Pedraza es el ejemplo más escandaloso: organiza la patota que terminó matando a Mariano Ferreyra para defender sus intereses de clase, porque es parte de una burocracia que se transformó en empresaria. Hoy Moyano se tira contra los empresarios y éstos lo tienen como blanco de muchas denuncias. Las patronales le pegan porque ni siquiera soportan a los sindicatos burocratizados. A las organizaciones de los trabajadores, sean sindicatos o la organización de fábrica, los empresarios se la quieren sacar de encima lo más que puedan.
Mientras Moyano discute esto…
RG: Mientras Moyano discute esto, por abajo los empresarios nos hacen la guerra todos los días en los lugares de trabajo. Ahí se ve la verdadera dictadura del capital. Despiden activistas, piden el desafuero de delegados, procesan a luchadores. Tenés el caso los delegados de Kraft o Pepsico, perseguidos por cortar la Panamericana; yo mismo estoy procesado junto a 30 ceramistas por cortar la ruta en apoyo a los obreros de Stefani. Por eso para nosotros la primera batalla es defender esas posiciones conquistadas.
FB: Tengo acuerdo con lo que plantea Raúl. Eso es lo primero. En el caso de los ferroviarios, yo estoy procesado desde 2004 por cortar las vías por el pase a planta de los tercerizados, y hay otros nueve compañeros en la misma situación. Es un problema de todos los luchadores. Tenemos que hacer un escudo alrededor de los delegados y comisiones internas que recuperamos de manos de la burocracia, contra todos estos ataques y seguir con una gran campaña nacional contra los procesamientos. Los avances con causas penales son un intento de imponer con el aparato judicial lo que las patronales no pudieron imponer en los hechos contra esos nuevos delegados de base, o contra aquellos que, como la Bordó del Roca, hemos conquistado un punto de referencia en el ferrocarril más importante del país, aún sin ser delegados.
RG: Ese es el primer paso. Pero nuestro objetivo es mucho más ambicioso.
Por eso acaban de relanzar el periódico Nuestra Lucha…
RG: A eso iba. Hay una gran discusión política entre los trabajadores, que existe también porque los sindicatos son parte de un gran debate nacional, los métodos de lucha de los trabajadores, la acción directa, todo está en boca del gobierno, de los medios. En ese debate nos queremos meter, para hacer política, de y para los trabajadores. Lo que hemos conquistado en estos años, lo que muchos llaman el “sindicalismo de base”, queremos ponerlo al servicio de empezar a construir una alternativa nacional a esa burocracia. Pero no sólo en lo sindical. Los luchadores no podemos quedarnos en discutir sólo los salarios, o impulsar tal o cual reclamo. Como decimos siempre los ceramistas, “hay que pasar de la lucha sindical a la lucha política”. Eso lo planteamos en la editorial que sacamos con Alejandro López, Omar Villablanca y Andrés Blanco, dirigentes ceramistas, en este relanzamiento del periódico Nuestra Lucha.
FB: Nuestra Lucha ya está en la calle, miles de ejemplares que ya están llegando a las fábricas y empresas, a rincones del país que apenas conocemos. Lo estamos impulsando con los compañeros del Sindicato Ceramista, con la agrupación clasista “Desde abajo” del gremio de la Alimentación, en ferroviarios lo impulsamos desde la Agrupación Bordó del Roca, en el Subte con delegados clasistas como Claudio Dellecarbonara, con los estatales de la Marrón, los docentes de la 9 de abril y así en decenas de gremios como el metalúrgico, el SMATA, en el neumático, gráficos. Porque desde las agrupaciones siempre sacamos boletines de fábrica, ahí damos cuenta de nuestras reivindicaciones sindicales. Son muy importantes, pero se necesita plantear, como te decía Raúl, una pelea política. El periódico Nuestra Lucha es justamente para eso, una herramienta que dé fundamentos, que sirva para construir una corriente clasista, sindical y política, que le dé batalla en todos los terrenos a la patronal, al gobierno, a la burocracia, sea la CGT o las dos alas de la CTA. Para que los compañeros de las agrupaciones se conviertan en militantes de esa corriente, que tengan esta gran referencia nacional.
RG: Fijate por ejemplo en el Subte, nuestros compañeros vienen de dar una pelea en las recientes elecciones del sindicato. Hicimos una lista común con los compañeros del PO, con quienes tenemos diferencias, pero teníamos acuerdo en dar la pelea contra un sector del cuerpo de delegados dirigidos por Beto Pianelli, que han venido conciliando con el Ministro de Trabajo Carlos Tomada, el mismo que le negó la personería al nuevo sindicato del Subte. Fue una campaña muy política, que levantaba como una de sus banderas la independencia del gobierno.
FB: En Ferroviarios también tenemos planteado una pelea de este tipo. No se trata de agrupar a todo lo que esté en contra del asesino Pedraza, ahí te puede aparecer cualquier oportunista que vea que hoy no es negocio estar con la Verde. Nosotros promovemos un frente único amplio para recuperar el gremio impulsando la elección de un cuerpo de delegados de todos los sectores, basado en asamblea de base, con plenos derechos a los 1.600 compañeros recién pasados a planta. Pero lo más importante es poner en pie una gran corriente clasista que tenga claro con quién hay que enfrentarse. Y en eso no hay medias tintas, vamos contra el gobierno de Cristina Kirchner, contra la Verde, y contra las patronales, para recuperar los sindicatos de manera independiente, con métodos claros, los de la democracia de los trabajadores, para que sean herramientas para la lucha de clases.
El 24 de Marzo en Neuquén, cerca de 1.000 compañeros que se referencian con estas ideas marcharon con ustedes....
RG: Es cierto. En Neuquén acabamos de dar un paso importante. El Sindicato Ceramista, los compañeros del CeProDH que reúne a los compañeros abogados que defienden los intereses de la clase trabajadora acá en Neuquén, y el PTS, hicimos una columna común en la marcha unitaria. Ahí marchamos en esa columna con la bandera del desprocesamiento de los más de 4.000 luchadores procesados en todo el país y el estandarte de nuestro compañero Polo Denaday al frente, congregó cerca de mil compañeros. Esta columna se transformó en un gran bloque obrero de la marcha, y sumó a obreros y obreras de otros sectores, como Molarsa, Werthein, y también compañeros docentes y estatales, del Hospital de Centenario y otras reparticiones. Es un ejemplo importante de lo que nos proponemos. Esta confluencia entre obreros clasistas, activistas de la vanguardia de Neuquén y la izquierda política revolucionaria es la que está planteado profundizar para continuar la pelea por el desprocesamiento de todos los luchadores, contra la criminalización de las luchas obreras y para desarrollar un movimiento político-sindical clasista.
Y hay que dar más pasos. Como decimos en el preámbulo de los estatutos del Sindicato Ceramista, libramos “una lucha consecuente por los legítimos intereses de la clase trabajadora y en alianza con los sectores populares buscando elevar la conciencia de clase de los trabajadores y lograr una sociedad sin explotadores ni explotados”. “Hacer política” es para nosotros pelear por esos grandes objetivos, por eso una corriente militante para la lucha de clases.
FB: Contra lo que dice Moyano nosotros decimos que no hay “poder para los trabajadores” si no es organizándonos en forma independiente de la patronal, de la burocracia, y fundamentalmente del gobierno. Por eso hacer política, como dice Raúl, es discutir con los miles de trabajadores que vienen dando hoy distintas peleas, con los jóvenes a los que el kirchnerismo llama a “no rebelarse”, con las luchadoras obreras que hemos encontrado estos años en el gremio de la alimentación o las docentes, y poner las manos a la obra para empezar a poner en pie un partido de la clase trabajadora que se proponga dirigir a todos los explotados. Porque tenemos que tener una política que nos permita unirnos con los sectores populares que también sufren la opresión del capitalismo, como cuando levantamos las banderas de los sin techo que eran reprimidos en Villa Soldati.
Es con esta perspectiva que los militantes del PTS nos proponemos, junto a los compañeros con quienes hemos asumido esta apasionante tarea, desarrollar una corriente político-sindical antiburocrática y clasista en el movimiento obrero.
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