La situación en México empieza a cambiar dado el creciente descontento en los sindicatos “opositores”, y que hoy se expresa en las grandes movilizaciones contra la reforma a ley del ISSSTE (Instituto de Seguridad Social al Servicio de los Trabajadores del Estado), así como en la reorganización de la APPO en Oaxaca, donde miles salen a las calle otra vez (hace dos días tomaron Radio Universidad como parte de las acciones votadas por el movimiento obrero y popular) para el 1° y 2 de mayo.

Recientemente, el gobierno votó (con el acuerdo PAN-PRI y el Verde Ecologista en la Congreso) un avance en la privatización de la seguridad social, aumentando el pago de las cotizaciones de los trabajadores, e incrementando la edad para la jubilación (entre otras conquistas afectadas), como antes fue con la reforma a la ley del IMSS (Seguro Social).

El SME y los sindicatos cercanos a él, y la UNT (más proclive a pactar con los patrones), crearon el Consejo Nacional de Huelga, un organismo que agrupa a la mayoría de las organizaciones sindicales, sociales y políticas (excepto el zapatismo y la “otra campaña”), el que se plantea como un instrumento para coordinar la movilización contra las medidas del gobierno. Es una política contra Calderón que, agrupa a amplios sectores simpatizantes de AMLO, y donde la izquierda más combativa no tiene mucha incidencia. Frente a esta ofensiva del gobierno, las direcciones sindicales “opositoras” han llamado a protestar, lo cual ha alentado más tendencias a la movilización. Este primero de mayo se dio enmarcado en un importante proceso político-sindical en sectores de la clase trabajadora.

La movilización del 1/5 demostró (no solo en el DF, sino en muchos otros puntos del país) es descontento obrero y popular. En la capital de la república, decenas de miles se manifestaron bajo las banderas de los sindicatos y unificados por un reclamo central: Abajo las reformas a la Ley del ISSSTE. Miles de trabajadores electricistas, de la educación, de los sindicatos universitarios, telefonistas, entre otros, marcharon por el centro histórico de la ciudad y confluyeron en el Zócalo.

Sin embargo, a pesar del enorme descontento existente, las direcciones de los sindicatos que se reclaman opositoras (Unión Nacional de Trabajadores y Sindicato Mexicano de Electricistas), evitaron convocar a una huelga nacional para este 2 de mayo, por temor a ser desbordadas por la acción de los trabajadores.

En algunos sindicatos, la burocracia “opositora” tiene roces internos por la política a seguir, ya que intenta controlar y mediatizar la movilización, y la base los está presionando a realizar acciones de lucha más radicales y contundentes. El mejor ejemplo de esto el STUNAM -afiliado a la Unión Nacional de Trabajadores -, donde la dirección mayoritariamente perredista de Agustín Rodríguez se negó a convocar a la huelga con todo tipo de maniobras burocráticas, y las bases votaron masivamente, en la mayoría de las dependencias y escuelas de la UNAM, el estallamiento del paro con ocupación de instalaciones, mostrando una tendencia de los trabajadores a luchar mientras su dirección pretende desmovilizar y contener. La base trabajadora fue el principal impulsor del paro el 2 de mayo, junto a sindicatos que pararán ese día (como magisterio democrático de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación - CNTE y los trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana SITUAM), mientras otros como el SME sólo harán “falta colectiva”. Ante esta situación en el STUNAM, el Comité Ejecutivo se dividió y nueve secretarios del comité se aliaron al activismo de izquierda. Ante la creciente oposición al burócrata, este trata de hacer algunas propuestas a la oposición para desactivar este proceso. Pero, pese a su maniobra, hoy hay paro en las principales escuelas de la UNAM y cierres de calles y escuelas.

La Liga de Trabajadores por el Socialismo viene, en las últimas semanas, desarrollando una intensa actividad política, planteando la necesidad de preparar con asambleas de base la Huelga Nacional, y de impulsar la coordinación obrera y popular para organizar la lucha contra los planes del gobierno. Hemos sido parte del surgimiento del Consejo Nacional de Huelga en la UNAM, y puesto todas nuestras fuerzas al servicio de impulsar esta lucha.

Este primero de mayo, nos movilizamos en la ciudad de México en un contingente común con trabajadores y estudiantes solidarios de la Preparatoria Nro. 6, que ha sido uno de los puntos de enfrentamiento contra la burocracia de Agustín Rodríguez (y que ya el año pasado, por ejemplo, fue uno de las pocas escuelas que realizó un paro solidario con la APPO y la comuna de Oaxaca). Atrás venia un contingente del SME que coreaba nuestras consignas.

Nos movilizamos con bajo las consignas de ¡"Huelga Nacional ya!;", "Que linda huelga les podemos hacer pero los dirigentes no la quieren ni ver", entre otras. Con lo que el contingente tuvo un perfil y un carácter obrero. En este contingente, donde participaron más de 80 compañeros y que fue el único realizado por una organización de izquierda en la movilización de los sindicatos al Zócalo (ni POS, ni PRT ni LUS hicieron contingente), estuvieron también compañeros trabajadores del ISSSTE y de la industria de Ecatepec, junto a decenas de estudiantes y trabajadores.
Nuestra organización repartió ampliamente el periódico Estrategia Obrera, y un "Boletín de Lucha" dirigido a los trabajadores del STUNAM, el SITUAM y la CNTE, donde proponemos la formación de una corriente de trabajadores clasista.

Por otra parte, la LTS también estuvo presente en la movilización del 1 de mayo realizada en la ciudad de Pachuca, Estado de Hidalgo (a 2 horas de la capital), donde en el marco de la acción convocada por fuerzas opositoras al charrismo sindical, participamos del contingente de los ex mineros de Real del Monte, un importante movimiento de lucha del cual venimos participando e impulsando la solidaridad.

Luego de la movilización en el DF, realizamos un convivio en nuestro local, donde estuvieron presentes más de cincuenta compañeros (la mayoría estudiantes y trabajadores de la Preparatoria 6) y discutimos las conclusiones centrales de la movilización, el carácter combativo e internacionalista del 1 de mayo, y la necesidad de impulsar una política clasista común al interior de las organizaciones obreras y los centros de trabajo, con lo que hubo mucho acuerdo. Y después de eso, cansados pero contentos de haber participado de la jornada de lucha y de protesta, compartimos la comida y la bebida durante varias horas.