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La Convención Nacional mostró el comienzo de una nueva etapa del PTS
por : Fredy Lizarrague

19 Dec 2013 | El 14 y 15 de diciembre, en el Hotel Castelar (Ciudad de Buenos Aires), funcionó la Convención Nacional del PTS, una instancia de deliberación sobre temas específicos convocada por la dirección votada en el último Congreso (realizado en abril de este año) e integrada por delegados elegidos por la militancia. Los temas centrales de esta Convención (...)
La Convención Nacional mostró el comienzo de una nueva etapa del PTS

El 14 y 15 de diciembre, en el Hotel Castelar (Ciudad de Buenos Aires), funcionó la Convención Nacional del PTS, una instancia de deliberación sobre temas específicos convocada por la dirección votada en el último Congreso (realizado en abril de este año) e integrada por delegados elegidos por la militancia. Los temas centrales de esta Convención fueron la situación nacional, el balance de la elección del FIT y los desafíos que se nos presentan a quienes lo impulsamos para avanzar en la construcción de un gran partido de trabajadores revolucionario, socialista e internacionalista, peleando por recuperar los sindicatos y poner en pie centros de estudiantes militantes.

En los debates previos participaron algunos miles de militantes, tanto los actuales (que eligieron delegados plenos) como los compañeros y compañeras que se están integrando como nuevos militantes al PTS (“aspirantes” según nuestro Estatuto), que eligieron delegados con voz pero voto consultivo. Siendo un proceso que lleva apenas un mes, es muy alentador que casi 1000 nuevos compañeros y compañeras (una amplia mayoría trabajadores: 27% obreros de la industria y los servicios, 10% jóvenes trabajadores, 20% estatales y docentes), asumieran el compromiso de iniciar una experiencia como nuevos militantes revolucionarios del PTS, lo cual representa un crecimiento muy superior al de años anteriores y es sólo el comienzo ya que hay varios centenares de compañeros y compañeras aún en proceso de discusión. Nos proponemos objetivos superiores hacia nuestro XIV Congreso (abril del 2014).

La presidencia de la Convención estuvo compuesta por José Montes, Raúl Godoy (que volvió a trabajar en Zanon luego de cumplir su mandato como diputado provincial), Nicolás del Caño, Alejandro Vilca y Silvio “Chopper” Egüez de Jujuy, Silvina Fernández (integrante de la lista ganadora del Hospital Castro Rendón de Neuquén), Cecilia Mancuso (Consejera directiva de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA) y Silvina Pereda (referente de la lucha estudiantil de Tucumán), ambas dirigentes de la Juventud del PTS.

El día sábado estuvo dedicado a abordar el análisis de la situación nacional, a partir de un informe de Christian Castillo, cuyas conclusiones están reflejadas en el editorial de este número de LVO.

El día domingo por la mañana, luego de un informe de Guillo Pistonesi, abordamos la situación del FIT, el balance de la campaña electoral y la propuesta de Carta Abierta para impulsar el debate hacia la formación de un partido de trabajadores revolucionario. Incluimos como material para el debate una carta que nos enviara a la Convención el Partido de la Causa Obrera (uno de cuyos referentes es Gustavo Lerer, dirigente del Hospital Garraham). En estas páginas publicamos la Carta Abierta con los agregados y enmiendas votados por unanimidad en la Convención. Se aprobó, a su vez, el balance de la campaña electoral presentado por la dirección.
Luego, tras un informe de quien suscribe esta nota, pasamos a debatir los desafíos que asumimos como PTS en la lucha por echar a la burocracia de los sindicatos, construir un movimiento estudiantil combativo y llevar adelante un parlamentarismo revolucionario, con el norte de construir un partido leninista de vanguardia, a partir de ver los puntos fuertes y débiles de nuestro propio desarrollo. Fue aprobada la orientación presentada en el documento entregado a los militantes y aspirantes hace un mes, cuyos aspectos centrales hemos presentado en las distintas notas de LVO previas a la Convención.

Nuevos y viejos dirigentes y militancia como expresión de los procesos más avanzados del movimiento obrero

Desde el comienzo mismo de la Convención, en la discusión sobre situación nacional, se destacó la participación política cualitativa (respecto a Convenciones y Congresos anteriores) de dirigentes obreros “viejos” y nuevos del PTS.
Fue un delegado de la juventud de San Martín quien criticó la “idea extendida” de que durante el 2013 había “poca lucha de clases”, planteando que la relación de fuerzas que había dejado abierta el “parazo” del 20N del 2012, a pesar de no haber tenido continuidad de parte de la burocracia sindical de Moyano (que apostó a su alianza con De Narváez), se expresó en múltiples conflictos obreros duros y procesos de organización, donde el PTS tuvo una destacada participación.

Sin el proceso de ruptura de franjas de la clase obrera con el gobierno que tuvo un salto con el paro nacional del 20N, no se puede explicar la alta votación del FIT en el movimiento obrero. Y sin esta combinación entre lucha de clases y fenómeno político-electoral (FIT), no se puede explicar el desarrollo del PTS en el movimiento obrero industrial y de los servicios, así como en los estatales, la juventud y la mujer, y el salto político de los dirigentes obreros. Si bien hace años, los compañeros y compañeras tienen un rol destacado, lo notorio en este caso fue cómo expresaron la maduración de una militancia de izquierda en el movimiento obrero, política, y no sólo de lucha, sindical.

Veamos algunos ejemplos de la propia Convención: Miguel Lago y su emocionante relato sobre el rol que jugó la Agrupación Marrón en el cambio de situación en el Astillero Río Santiago, que hoy cuenta con 3800 obreros, donde fue expulsado el viejo burócrata de la Blanca (“Pachuli”), que abre la posibilidad de que la agrupación reúna a 100 obreros y se proponga la pelea por el Cuerpo de Delegados y el Sindicato, siempre –en palabras de Lago- como parte de la construcción de un partido revolucionario. El compañero Pablo Peralta, del Subte, que también expresó cómo los trabajadores sacan la conclusión de que la batalla no es sólo sindical sino también política en las propias organizaciones obreras (la misma conclusión expresó una delegada docente de Capital, nueva militante). Los nuevos militantes que son los principales referentes de la CI de Donnelley, que han asumido como propia la defensa de los petroleros de Las Heras condenados y relataron cómo lograron en la fábrica no sólo un alto porcentaje de votos al FIT sino también una consciencia creciente y disposición a la lucha en defensa de los tercerizados (antes despreciados por los efectivos). Los delegados de la principal planta embotelladora de Coca Cola que participan del proceso de organización y lucha de los trabajadores del sur de la Ciudad, junto con los militantes del PTS inmigrantes, que vienen impulsando la lucha de la Textil Elemento por la reincorporación de sus referentes. Un destacado protagonismo tuvieron los delegados obreros de Jujuy y Tucumán, con Chopper desde la mesa (dirigente del Ingenio La Esperanza, ex referente de la CCC), y delegados de la Lista Roja de Comercio de Ledesma, o de los municipales de recolección de San Salvador, hasta los compañeros que relataron el profundo proceso en los ingenios como parte del “quiebre de la estabilidad” en Tucumán y Jujuy. Natalio “Chicho” Navarrete, de Zanon y Secretario Adjunto del Sindicato Ceramista de Neuquén, también tuvo una intervención destacada en cuanto a las nuevas generaciones y su relación con la historia del propio PTS. Los delegados y delegadas de la Alimentación (de Kraft, Pepsico y la ex Stani actual Kraft-Victoria) expresaron la voluntad de pelear el sindicato sin dejar de señalar las presiones al conformismo que sufren las internas. Los delegados metalmecánicos, jaboneros, del vestido inmigrantes, docentes, estatales, más allá de las desigualdades y dificultades mayores en determinados gremios (como textiles), señalaron distintos aspectos y ritmos de la batalla política “por los sindicatos”, para poner en pie las agrupaciones y “construir partido”.

El proceso de ruptura por izquierda de sectores del movimiento obrero (minoritarios por ahora pero significativos) con el kirchnerismo peronista, que emerge desde lo profundo de la lucha de clases (aunque no sea “mediático”), tiene esta notoria expresión en las filas de nuestro partido. De conjunto, constituyen un “activo” de enorme valor porque muchos de ellos, los “viejos” (aunque no sean los mas conocidos como José Montes, Raúl Godoy, Sergio Folchieri, o los más “nuevos” como Franco Villalba, Claudio Dellecarbonara, Ana Laura Lastra, Carlos Artacho, Poke Hermosilla, Katy Ballaguer, Leo Norniella, Lorena Gentile, Eduardo Ayala, Oscar Coria, el “Bocha” Puddu y tantos otros), acumulan años de experiencias de todo tipo y adhesión profunda a la causa de la revolución socialista y la construcción de un partido revolucionario. A su vez, los nuevos compañeros y compañeras que se están incorporando a las filas del PTS, no lo hacen por un simple “despertar electoral” sino que son parte de experiencias de la lucha de clases que se politizan, lo cual provee una calidad enormemente superior. Son compañeros y compañeras con ciertas pruebas “de combate”, que han enfrentado a patronales, sus policías y a los burócratas. No son nuevos militantes “sueltos” (en función de “circunscripción electoral”) sino de concentraciones obreras, potenciales “bastiones” de un futuro partido de vanguardia. Lo mismo ocurre en los colegios y facultades donde los nuevos militantes son parte del movimiento estudiantil.

A partir de esta importante base militante, nos proponemos iniciar el 2014 con experiencias de desarrollo de las agrupaciones en fábricas, empresas y gremios, con el norte de recuperar las internas y sindicatos para los trabajadores, echando a la burocracia sindical.

En la Convención también se destacaron mujeres trabajadoras, desde una compañera de Córdoba que impulsa, desde Pan y Rosas, el sindicato de trabajadoras domésticas, hasta una dirigente de las obreras de Kromberg, y jóvenes dirigentes estudiantiles. La causa de los derechos de las mujeres es motor sin dudas de cambios revolucionarios, como parte de la lucha de todos los explotados. Para jerarquizar esta pelea, desde el PTS impulsamos la agrupación de mujeres Pan y Rosas en todo el país que viene de participar con más de 1000 compañeras del ENM en San Juan (la mayor delegación de toda la izquierda), que se proponen profundizar la lucha por el derecho al aborto y contra la reforma del código civil que pretenden acordar el gobierno con la Iglesia. A su vez, definimos la necesidad de profundizar un programa específico para el movimiento LGTB, como base para impulsar procesos de organización y lucha.

La juventud estudiantil mostró una situación contradictoria, donde los procesos que impactan sobre el imaginario “vienen de afuera” (de la política nacional, del movimiento obrero, etc.), salvo en las luchas estudiantiles de La Rioja y Tucumán. El amplio apoyo al FIT permite ganar nuevas camadas militantes, pero a su vez la falta de procesos de lucha potencia las presiones del academicismo y demás “prácticas” del medio universitario, contra el cual nos proponemos combatir con iniciativas de lucha y fuertes campañas políticas (empezando por hacer todos los esfuerzos para quebrar la condena a los petroleros de Las Heras, o por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito) exigiendo a los centros de estudiantes que las tomen en sus manos, al mismo tiempo que desarrollamos la “militancia cruzada” entre trabajadores y estudiantes, que cada vez que se produce genera excelentes intercambios de vida y experiencias políticas.

Participaron de la Convención los compañeros y compañeras que asumirán tareas “parlamentarias”, además de Christian Castillo, Nicolás del Caño y Myriam Bregman: las compañeras Noelia Barbetio y Cecilia Soria, senadora y diputada provincial en Mendoza, junto a los concejales Ulises Jimenez, Paul Lucea y Martín Baigorria; Laura Vilches, que asumirá como diputada provincial en el 2015 en Córdoba y Patricio del Corro, quien hará lo propio como legislador de la CABA en dos años. Junto a estos compañeros, decenas de dirigentes obreros y estudiantiles partidarios, son los referentes que podrán llevar a las agrupaciones los debates políticos nacionales, desarrollando la utilización de las tribunas parlamentarias para la denuncia del régimen y los partidos de los capitalistas, así como para impulsar demandas de los trabajadores y la juventud.

De conjunto, la Convención constató no sólo los cambios objetivos, sino las conquistas subjetivas para asumir los desafíos que votamos: impulsar ampliamente la construcción de agrupaciones, junto a la organización de nuevas camadas militantes, tanto en el movimiento obrero como estudiantil, que se propongan ser verdaderas fracciones revolucionarias organizadas para el combate, que interactúen con la actividad de nuestros referentes políticos para impulsar la más amplia politización y maduración de la consciencia política, como parte de sentar las bases de un partido que agrupe a la vanguardia obrera y se proponga dirigir a sectores cada vez más amplios de las masas (en la medida que se profundicen los procesos políticos y de lucha).

En la senda de un partido leninista de combate

La Convención profundizó los criterios de construcción de un partido “leninista”, poniendo la propia experiencia del PTS bajo ese prisma. Ya en el Editorial II de LVO pasado señalamos algunos de los “hitos” del PTS en la experiencia de la clase obrera argentina, que sustentan nuestros objetivos presentes. A los allí señalados, la compañera Graciela López Eguía, fundadora de nuestra organización, planteó la necesidad de incorporar nuestros aportes teórico-políticos que se transformaron en práctica en la lucha de clases (“el marxismo como guía para la acción”), como fueron las batallas durante la “crisis orgánica” del 2001-2002, tanto contra la adaptación al estado de los movimiento de desocupados que utilizaron la administración de la asistencia social para construir sus propias colaterales (“piqueterismo”), como contra el autonomismo que repudiaba la construcción de partido, que fue “de masas” en aquellos años. A su vez, otro compañero planteó que debíamos incluir también los “hitos” de nuestras batallas en el movimiento estudiantil: el rol protagónico en la lucha contra la LES en el ’95, en el surgimiento de la “interfacultades” que movilizaba miles de estudiantes en el ’99, en la “elección directa” en la Carrera de Sociología en el 2002, en la lucha universitaria del 2005 (con enormes movilizaciones en Córdoba dirigidas por el sindicato docente y la “interfacultades”, uno de cuyos dirigentes fue Nicolás de Caño), etc.

Practicamos así “la experiencia de las más variadas formas de lucha”, y nos preocupamos por seguir “la ‘última palabra’ de la experiencia política americana y europea” (ambas expresiones de Lenin en “El izquierdismo…” para explicar los fundamentos revolucionarios del bolchevismo).

En este último sentido, volvimos sobre la contraposición entre los “modelos” de “partido de masas” y “partido de vanguardia con influencia de masas”, que señalamos en LVO anterior, para plantear la hipótesis teórica de que las corrientes “centristas” del movimiento trotskista (que no sostienen estrategias revolucionarias consecuentes) nunca llegan a constituirse en verdaderos partidos que conquisten influencia significativa porque en la época imperialista no hay posibilidades de desarrollo relativamente pacífico y evolutivo de partidos con centro en la actividad electoral y que pretendan construirse en el movimiento obrero mediante acuerdos “diplomáticos” con algunos dirigentes, sin construir fracciones revolucionarias y prepararse seria y sistemáticamente para las batallas de la lucha de clases. Si alguna vez logran peso (como ocurrió con el NPA en Francia, con el SWP en Gran Bretaña, el PSOL en Brasil o el MAS de fines de los ’80 en Argentina), terminan estallando por su impotencia en la lucha de clases y/o porque los reformistas ocupan su lugar.

En este sentido, siempre hemos señalado el peligro de degeneración electoralista/oportunista al reducir la actividad política a las campañas electorales y negar la imperiosa necesidad de insertarse en el seno de la clase obrera (y el movimiento estudiantil) conquistando una militancia activa, de intervención en las luchas y en los procesos políticos. Este es el debate de fondo que planteamos a nuestros aliados del FIT para dar un cause progresivo, revolucionario, al proceso histórico del cual somos parte en la clase obrera argentina.

Desde este punto de vista estratégico, remarcamos los valores concretos (programáticos) que le damos a la pelea por “recuperar los sindicatos”, insistiendo en el objetivo de unir las filas obreras (efectivos, precarios, en negro), y lucha a brazo partido por la alianza con los pobres urbanos, levantando las demandas comunes por el trabajo, la vivienda, la salud y la educación, en lucha política con los prejuicios de los sectores mejor pagos de la clase obrera que se expresan más crudamente ante acciones desesperadas como los saqueos.

Otro aspecto señalado por varios delegados, fue el de tener en cuenta la necesidad de impulsar la autodefensa de los trabajadores, más aún viendo las tendencias a la polarización que generan acontecimientos como los motines policiales, donde se ponen en acción sectores fachos que son capaces de promover saqueos y muerte para lograr sus “demandas salariales”. Esto anticipa el carácter violento y convulsivo que tendrá el “fin de ciclo” para el cual los trabajadores deben prepararse, además de las “tradicionales” patotas de la burocracia sindical que utilizarán cuando vean amenazado su poder.

Resolvimos también prestar especial atención al proceso en la juventud trabajadora, un sector de importancia estratégica desde el punto de vista militante, donde el peso del trabajo precario dificulta las experiencias de lucha y organización, por lo cual es preciso lograr las formas adecuadas para responder con la energía y audacia que puede desplegar la juventud. Hemos llevado adelante experiencias tanto en grandes fábricas automotrices, como en pequeños talleres y en redes, cuyas conclusiones nos proponemos profundizar hacia el Congreso.

En la juventud estudiantil es preciso tomar audazmente, junto con las experiencias sistemáticas de “militancia cruzada”, campañas por demandas democráticas, tanto del movimiento obrero (petroleros de Las Heras, procesados de la Línea 60, etc.) como de la propia juventud (contra los códigos contravencionales que dan amplios poderes represivos a las policías, sobre todo en las provincias más retrógradas), además del apoyo a las luchas.

Los criterios de selección de militantes

Ya señalamos arriba que un aspecto fundamental para definir la calidad de la organización que estamos construyendo, es el de considerar cuan “activos” son los militantes en relación a las experiencias de lucha y organización de los trabajadores, y en relación a la construcción del propio partido, además de la indispensable formación teórico-política.

La construcción del PTS se viene desarrollando, entonces, al calor de un proceso de varios años de experiencia de la clase obrera con el gobierno kirchnerista, que está llamado a acelerarse en los próximos años de “fin de ciclo”. Esto da una base “de calidad” necesaria pero no suficiente para formar nuevas camadas de militantes plenamente revolucionarios. Hace falta una comprensión mucho más amplia y profunda de los fundamentos de nuestro programa, de la historia del movimiento obrero y, dentro de ella, de nuestra modesta pero plenamente existente historia de lucha y resistencia a las presiones que hemos debido sortear desde que existimos como organización (incluyendo la lucha en el “viejo” MAS que “llenaba estadios” los 1° de mayo, contra la degeneración oportunista, “nacionaltrotskista” y electoralista). El conocimiento de esta historia (a la que dedicó una intervención Emilio Albamonte), que para nosotros significa haber respondido en forma esencialmente revolucionaria a las relativas pruebas que nos tocó vivir, es una base también indispensable para encarar el futuro. Por supuesto puede ser criticada, pero no desconocida.

Sobre esta base nos proponemos organizar cursos de formación sistemáticos, así como seguir promoviendo la edición de libros, revistas como Ideas de Izquierda, folletos, etc., que aporten a la lucha ideológica.

Campaña financiera

Finalmente, además de la intervención en el acto por el nuevo aniversario del 19 y 20 de diciembre del 2001, la última “campaña” del año es lograr el aporte financiero de todos los compañeros y compañeras que simpatizan con el PTS en el Frente de Izquierda, empezando por los aspirantes (y por supuesto los militantes). La práctica de aportar económicamente para sostener nuestra propia organización (incluyendo el pago de la prensa y demás materiales), es parte de la educación revolucionaria indispensable en una organización que no sólo es independiente sino que lucha contra las patronales, el estado y sus agentes.

 

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