De cada cinco jóvenes norteamericanos, uno vive en la pobreza; muchos postergan su adultez

Por Hope Yen | Agencia AP
WASHINGTON.- Se la podría llamar la "generación perdida por la recesión".

Con la mayor tasa de desempleo en el país desde la Segunda Guerra Mundial, cada vez son más los jóvenes norteamericanos que luchan por encontrar trabajo y, para ello, evitan alejarse de la casa de sus padres, retrasan su casamiento, compran cada vez menos viviendas y muchos tienen hijos fuera del matrimonio.

Las cifras hablan por sí solas: según las nuevas estadísticas del censo 2010, difundidas ayer, uno de cada cinco jóvenes vive en la pobreza.

Estos datos son una muestra descarnada del impacto de la recesión, que oficialmente concluyó a mediados de 2009, y resaltan las oportunidades perdidas y las sombrías perspectivas para toda una generación de entre 20 y 30 años que sale a ganarse la vida en medio de un elevado y persistente desempleo.

"Tenemos un monstruoso problema de trabajo y los jóvenes son los que más lo están pagando’’, comentó el economista Andrew Sum, director del Centro para el Estudio del Mercado Laboral de la Universidad Northeastern.

Según Sum, cientos de miles de recientes egresados universitarios trabajan actualmente de camareros y otros trabajos improvisados y tendrán que competir con los nuevos graduados en posiciones de entrada cuando eventualmente mejore el mercado laboral.

"Los elevados niveles de desempleo y subempleo castigarán a los jóvenes al menos por otra década", advirtió Sum.

Por su parte, Richard Freeman, economista de la Universidad de Harvard, opinó: "Estos jóvenes quedarán marcados de por vida y serán conocidos como «la generación perdida», ya que sus carreras no habrían sido las mismas si hubiésemos evitado este desastre económico".

A nivel nacional, el empleo entre los jóvenes de 16 a 29 años es ahora del 55,3%, frente al 67,3% en 2000, y representa el nivel más bajo desde fines de la Segunda Guerra Mundial.

El censo revela, además, que los jóvenes que carecen de título universitario -en general negros o hispanos- fueron los más propensos a perder su trabajo debido a la decreciente demanda de mano de obra en la construcción, el sector fabril y el transporte durante la recesión.

Entre los adolescentes, en tanto, el empleo es inferior al 30%.

Ante la falta trabajo, los jóvenes posponen el inicio de sus carreras profesionales y nuevas vidas en otras ciudades, y optan en cambio por permanecer en casa de sus padres. Según se desprende del censo, unos 5,9 millones de estadounidenses de entre 25 y 34 años vivían en 2010 con sus padres, lo que equivale a un aumento de un 25% con respecto al período anterior a la recesión.

También los casamientos entre jóvenes mayores de 18 años disminuyeron considerablemente por la recesión y marcaron otro récord el año pasado: apenas un 51,4% contrajo matrimonio, mientras que en 2000 esa cifra ascendía a 57%.

"Muchos jóvenes están postergando su adultez, así como las responsabilidades familiares y los costos que conllevan", dijo Mark Mather, vicepresidente asociado de la agencia privada Population Reference Bureau.

"Algunos de estos cambios comenzaron antes de la recesión, pero ahora se están acelerando", agregó Mather, según quien -en sintonía con lo que ocurre en Europa- cada vez más jóvenes estadounidenses esperan a cumplir sus 30 antes de abandonar sus hogares.

SE RETRASA LA EMANCIPACIÓN EN ESPAÑA

MADRID (EFE).- Un estudio publicado ayer en España reveló que los jóvenes en ese país son los que más tardan en emanciparse, en comparación con los del resto de Europa. Un 67% de los jóvenes de entre 18 y 29 años vive con sus padres, mientras que en los países escandinavos sólo lo hace el 30%. Además, un 69% de los emancipados vive a menos de cinco kilómetros de sus padres. En cambio, en países como Francia o Grecia, ese número desciende al 40%. Aunque la crisis y la desocupación tienen gran influencia, el estudio apunta como causa del fenómeno al objetivo de los jóvenes de conseguir un umbral de consumo más alto que el de generaciones anteriores..