Posiciones intransigentes y respuestas duras radicalizaron en las últimas horas el conflicto del sector educativo en Chile con el Gobierno. Los estudiantes rechazaron una propuesta oficial porque entendieron que no garantizan sus demandas, y anunciaron una nueva marcha para el martes próximo. El ministro de Educación, Felipe Bulnes, les respondió también en forma contundente: “Hay un error de concepto si creen los estudiantes o alguien que nosotros nos vamos a mover por presiones o por ultimátum”.

La situación se volvió más tensa tras las violentas protestas que se extendieron hasta la madrugada de ayer, que fueron reprimidas por los carabineros, con un saldo de 874 detenidos y 90 policías heridos, según informó el Gobierno. Las calles de Santiago mostraban ayer las secuelas de este enfrentamiento: vidrieras rotas, comercios y autos destrozados, mobiliario público quemado. El episodio ahondó las diferencias y el rencor entre los estudiantes, marcadamente de izquierda, y el gobierno de Sebastián Piñera, de centroderecha.

Mientras el ministro Bulnes endurecía su posición en los medios, el presidente Piñera, con una desprestigiada imagen pública –cayó al 26 %–, sólo se atrevió a hacer un comentario en su cuenta de Twitter. Invitó a los estudiantes “a dialogar y aportar para una educación de calidad”, porque “es tiempo de construir y buscar acuerdos”.

La cara visible de la convocante Federación de Estudiantes de Chile (FECH), Camila Vallejo, militante del Partido Comunista, apuntó contra la represión del jueves. “El ministro del Interior tiene que asumir las consecuencias; si quería establecer el orden público y la seguridad ciudadana, se hizo todo lo contrario”, afirmó. Y agregó que el accionar de la policía fue “rechazado absolutamente”, no solo por los estudiantes sino también por la ciudadanía que se sumó masivamente con un “cacerolazo”.

La reacción policial provocó el rechazo de la ciudadanía, que se solidarizó con “cacerolazos”, primero desde los hogares y luego en las calles de varias ciudades.

El conflicto está generando un fuerte debate en el país. El senador socialista Juan Pablo Letelier sostuvo que “la decisión del gobierno de reprimir duramente generó una jornada de protesta nacional que no se veía desde la dictadura”. Y el ex presidente socialista Ricardo Lagos opinó que “los tiempos han cambiado” y que “el andamiaje político que emergió a principios de los 90 está obsoleto ”.

Giorgio Jackson, de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, explicó que rechazaron la propuesta del gobierno porque “no se acerca a las necesidades del país” . El proyecto oficial contempla 21 puntos de reformas, donde se incluye consagrar en la Constitución el derecho a una educación de calidad, pero sólo acoge parcialmente el reclamo de acabar con el lucro en los establecimientos educativos.

El movimiento estudiantil, respaldado también por docentes, reiteró que sigue corriendo el plazo de seis días –vence el martes– que le dio al gobierno para que responda al documento que elaboraron con una serie de demandas. Allí se hace hincapié, particularmente, en una educación pública de calidad y gratuita, que acabe con el lucro en las universidades, prohibido en la legislación chilena pero burlada a través de resquicios legales.

La encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) indica que un 80% de los chilenos está en desacuerdo con que los colegios y universidades tengan fines de lucro, en sintonía con el pedido de los estudiantes. “El gobierno no tiene una clara política en la educación superior y los estudiantes se dan cuenta de esto. Las propuestas del gobierno son ambiguas”, explicó Bernardo Navarrete, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Chile.

Otro de los puntos reclamados por los estudiantes es la desmunicipalización de la educación pública en el país. Es decir, buscan que las municipalidades cedan el manejo de las escuelas a la Nación. El ministerio de Educación lo acepta, y de hecho lo tiene en su propuesta, pero aclaró que debe implementarse de manera gradual en las regiones. “No podemos hacer un sistema de ensayo y error en todo el país”, dijo Bulnes.

El conflicto entre el gobierno y los estudiantes, cuyo inicio tuvo lugar hace dos meses, mantiene paralizadas una serie de universidades y parte de los colegios de enseñanza media. El martes habrá una nueva marcha y se verá si el gobierno decide otra vez a prohibirla.

Qué piden los estudiantes

Mayor financiamiento del Estado para ampliar y mejorar la educación pública.

Garantizar la educación estatal gratuita, perfeccionando el sistema de financiamiento con fondos provenientes de empresas públicas.

Eliminar el lucro económico en los establecimientos educativos, exigiendo que garanticen la calidad de la enseñanza.

Que el Estado reasuma el control de la enseñanza básica, ahora en mano de los municipios.

Mejorar la calidad educativa de los docentes con programas acordes y ampliar el sistema de becas para estudiantes.

Cristina marca diferencias
La presidenta Cristina Kirchner aludió ayer al conflicto estudiantil en Chile, sin nombrar al país, pero buscando marcar diferencias con el gobierno de Sebastián Piñera. “Cuando estamos viendo en otros lados que los jóvenes salen a pedir por educación pública y gratuita o en otros países salen a tirar piedras, acá en la patria los jóvenes cantan el himno y creen que la política y la patria son una realidad que hemos construido entre todos”, dijo la mandataria.

Miguel Piñera, con la protesta
Miguel Piñera, el hermano músico del presidente chileno, declaró que apoya “en un cien por ciento a los estudiantes”, que “luchan por algo que es justo: educación gratuita para todos”. Dijo que le expuso su postura al mandatario chileno y que se ofreció a mediar. El cantante es una pesada carga para la acomodada familia Piñera: suele aparecer en los medios por su adicción al alcohol, problema que ya le llevó a protagonizar varios accidentes automovilísticos.