El lunes 24 de mayo empezó la primera huelga de 5 días de los trabajadores de tripulación de British Airways. Esta medida es parte de un plan de lucha de 3 huelgas de 5 días cada una y afectará los vuelos de la empresa hasta el 9 de junio. Aprobada por abrumadora mayoría, la medida estaba prevista para el 18/5 pero el lunes 17/5 una orden judicial del Tribunal Supremo la declaró ilegal, utilizando como excusa una irregularidad técnica sin importancia diciendo que “el sindicato quizá no informó de manera adecuada a sus miembros sobre el resultado de la votación”, aunque no presentó prueba alguna.

El sector de tripulación de cabina salió a la huelga en repudio a la decisión de la empresa de recortar algunos ‘beneficios’, entre ellos el descuento en los pasajes aéreos a los trabajadores que se plegaron a la huelga de 7 días del mes de marzo contra los ataques a sus condiciones laborales. Este ‘beneficio’ es, en realidad, parte del contrato porque la empresa emplea trabajadores europeos residentes en otros países donde el costo de vida es menor que en Inglaterra, para poder pagares salarios más bajo. Como parte del contrato les garantiza los pasajes a precios muy baratos para que puedan asistir a trabajar. Es decir que no se trata de ningún beneficio sino de una política premeditada para contratar personal reduciendo los costos.

Esta represalia contra los trabajadores que se plegaron a la huelga es un claro intento de atacar el derecho huelga, con el fin de doblegarlos e imponer nuevas condiciones laborales. El objetivo del presidente de BA, Willie Walsh, famoso por sus métodos patoteros e inflexible a la hora de negociar, es minar la organización sindical de los trabajadores para poder recortar las condiciones laborales a fin de reducir costos. El plan de la empresa consiste en introducir una “nueva flota”, es decir, contratar una nueva tripulación de cabina por fuera de los convenios existentes, con menores salarios y peores condiciones laborales, pero para ello debe desmantelar la organización sindical de los trabajadores.

Durante las negociaciones con la empresa, el sindicato BASSA, la sección del sindicato UNITE que agrupa a los tripulantes de cabina, llegó incluso a hacerle tremendas concesiones a la empresa como es aceptar un descuento salarial del 2,6%. La empresa no aceptó ninguna de las ofertas presentadas por BASSA y se mantiene dura en la negociación, provocando la huelga, aunque esta medida le represente una pérdida superior al dinero que la empresa se ahorraría con los recortes. Por otra parte, el secretario del Sindicato UNITE, Tony Woodley, se ha mostrado propicio a las negociaciones en todo momento y dijo que el sindicato estaba dispuesto a levantar la medida de fuerza si la empresa daba marcha atrás en las sanciones impuestas a quienes habían participado en las huelgas del mes de marzo. Esto ha generado cierta rispidez entre el sindicato UNITE, el más grande del Reino Unido, y la seccional BASSA, lo que ha llevado a su vez a que la empresa acuse al sindicato UNITE de no controlar a su sindicato de base BASSA. Lo cierto es que hay una gran presión de la base que no está dispuesta a dejarse atropellar por una patronal que usa como práctica el acoso y las amenazas. Durante las negociaciones del fin de semana un grupo activistas interrumpió las negociaciones, lo que fue utilizado por la empresa para detener las negociaciones durante el fin de semana.

Mientras continúan la huelga y las negociaciones, el lunes British Airways se vio obligada a cancelar el 40% de los vuelos que operaban desde el aeropuerto de Heathrow (Londres) entre las 6 y 7 de la mañana. A su vez el 50% de los vuelos cortos (de cabotaje) sufrieron cancelaciones. A pesar de la reprogramación de vuelos la empresa sólo pudo operar 6 de 10 vuelos de larga distancia y la mitad de los vuelos de corta distancia. Como golpe de efecto la empresa hizo pintar la consigna “Defendiendo los colores de la patria” en 10 aviones en Heathrow.

Al igual que en la huelga de marzo los trabajadores armaron piquetes en las cercanías del aeropuerto de Heathrow, no dejan de repetir que han sido sancionados por ejercer su derecho a ir a la huelga. Junto al derecho de ir a la huelga y el respeto a las condiciones contractuales, los trabajadores de BA luchan por la reincorporación de 55 trabajadores que fueron suspendidos por su participación en la huelga.

En el marco de la peor crisis europea desde la segunda guerra mundial y con un gobierno de coalición que desde el primer día anunció recortes masivos, la lucha de BA se ha transformado en una lucha testigo. Si British Airways se sale con la suya otras patronales tratarán de imitarla. Para impedir que esto suceda los trabajadores de BA necesitan más que nunca recibir la solidaridad de otros sectores de trabajadores para torcerle el brazo a esta patronal despiadada.