En una importante jornada de movilización, mayor a la del 1° de Mayo, cientos de miles de trabajadores se manifestaron en toda Francia (más de 300.000 según la policía, 700.000 según la CGT). Las acciones fueron más fuertes en las regiones que en Paris con una importante paralización del transporte en Marsella, con un 24,9 % de huelguistas en la SNCF (empresa estatal de ferrocarriles) y de 39 % en los maquinistas. Aunque importante, se pudo ver la falta la motivación y determinación como la que había durante la lucha anti CPE en 2006 (la mayoría de los manifestantes eran mayores de 40 años y no estaba presente la juventud trabajadora ni estudiantil).

Habrá que esperar todavía a la segunda ronda de lucha contra el sarkozismo, aunque esto no significa que éste la tenga fácil, como demuestran las divisiones del partido gobernante y sobre las reformas emblemáticas como la supresión de las 35 hs de duración legal de la semana de trabajo; la confusión domina, lo que fragiliza al Ejecutivo. Además se siguen multiplicando los conflictos: una nueva movilización de docentes y liceístas el sábado 24/5, las enfermeras la semana que viene, una segunda ronda de tomas de sus lugares de trabajos por los trabajadores sans papiers y la lucha de los pescadores (24.000 en toda Francia) que ya mantienen paralizados numerosos puertos y depósitos de combustibles. La lucha de los pescadores se mantiene a pesar de los anuncios del gobierno de ayer de dar una ayuda de emergencia de 40 millones de euros para compensar el alza de los precios de los combustibles, y los llamados del Comité Nacional de pescadores para que se vuelta al trabajo. En algunos casos, los pescadores ayudados por los productores de cerdo, han asaltado los grandes supermercados y vaciado los estantes de pescado y embutidos para dárselos gratuitamente a los clientes. Su lucha podría ser seguida por los camioneros afectados por mismo problema.

En síntesis, crece el descontento y las acciones de repudio pero todavía permanece difuso, en primer lugar, por la "prudencia" de las direcciones sindicales que ya han entregado las reformas de los trabajadores estatales en el otoño boreal pasado, son "interlocutores sociales" serios y solo quieren utilizar la presión de la calle para volverse a sentar a negociar lo innegociable con el gobierno derechista. Los cortejos de presión, la muestra de banderas y las consignas de siempre no harán recular al gobierno. El Mayo francés, la revuelta estudiantil y más grande huelga general de la historia de Francia de la que este mes se cumplen 40 años, muestra cual debe ser el camino.