El 22 de agosto –a más de dos semanas de ocurrido el accidente– los mineros de San José han sido encontrados con vida, aunque habrá que esperar entre dos y cuatro meses para que puedan ser sacados a la superficie. Clase contra Clase comparte la alegría de los familiares de los mineros y del pueblo trabajador.

El accidente puso en evidencia las pésimas condiciones de trabajo en la minería. Muchos yacimientos son verdaderas trampas mortales. El gobierno de Piñera, con el fin de engañar al pueblo trabajador, ha anunciado que se reestructurará la Sernageomin y que la mina no funcionará más. Los parlamentarios patronales exigen sanciones. La Iglesia hace misas. ¡Pero estos políticos empresariales son los responsables de este accidente! ¡En los últimos 18 meses han fallecido 350 trabajadores de la minería y las empresas se han llevado jugosas ganancias! ¡No es la primera vez que pasa esto en San José!

No hay que tragarse el discurso de la “unidad nacional”, que el gobierno de los empresarios, la derecha y la Concertación quieren introducir para ocultar la realidad: la de que el accidente es responsabilidad de toda la clase patronal, acostumbrada a tratar como perros a los trabajadores, que día a día son arrastrados a miserables condiciones laborales. Ahora que han sido encontrados los compañeros hay que organizar un paro de un día en la minería, como gesto de aliento y solidaridad hacia ellos y sus familias, y para mostrarles a los empresarios que la clase trabajadora no permitirá más estos abusos. Es necesario que la Federación Minera de Chile, la CTC, la FTC, y todos los sindicatos mineros, lo convoquen. También es necesario exigir juicio y castigo a los culpables, constituyendo una comisión investigadora independiente, en base a la movilización obrera y popular, y encabezada por los sindicatos mineros. Exigir el cierre de las minas que no cumplan medidas de seguridad, y la reubicación de los mineros en lugares donde sí se pueda trabajar. Y fortalecer los sindicatos y organizaciones de trabajadores en cada lugar de trabajo, basándolos en Cuerpos de Delegados.

La CUT, la principal central sindical, ha permanecido pasiva -tal como hizo con el terremoto-, producto de la política de sus dirigentes. Arturo Martínez incluso dijo en este contexto que “si el gobierno hacía las cosas bien” él lo iba a apoyar. Estas direcciones sindicales ya demostraron que no sirven para luchar por los trabajadores. Por eso es necesaria la unidad de la clase trabajadora en una gran coordinadora sindical clasista, basada en cuerpos de delegados en cada lugar de trabajo, convocada por las centrales, confederaciones y federaciones sindicales, los sindicatos de base y agrupaciones obreras hoy existentes. Para que digamos con fuerzas: ¡basta de impunidad patronal!