Huelga de los empleados públicos en Gran Bretaña

Los días 8 y 9 de marzo cerca de 200 mil trabajadores del sector público cumplieron una huelga de 48 horas contra los planes de recortes y privatización anunciados por el gobierno la semana pasada. Dichos planes implicarían, entre otras medidas, el despido de un 10% de la fuerza laboral en el transcurso de los próximos 5 años. Miles marcharon por las calles de varias ciudades en una clara señal de que no van a quedarse a esperar con los brazos cruzados a que pasen los despidos luego de ver que el gobierno ha salido a desembolsar millones para rescatar a los bancos. La huelga, que es la primera lucha de alcance nacional contra los ajustes presupuestarios, junto a las amenazas de medidas de fuerza de otros sectores, pareciera anunciar que Gran Bretaña se empieza a poner a tono con las luchas que se dan en otros países del viejo continente, como en Francia, Grecia, Portugal y Finlandia.

Como resultado de la medida de fuerza, los tribunales, las oficinas de la dirección impositiva y otras dependencias públicas permanecieron cerrados, mientras que los centros de empleo y las oficinas de seguridad social, que atiende a los sectores más vulnerables, mantuvieron sólo servicios de guardia ante situaciones de emergencia. Lugares de recreación como los museos, galerías y las bibliotecas también cerraron sus puertas al público en protesta a los recortes y hacían sentir la bronca cuando gritaban ”¡No a los recortes!” mientras otro trabajador explicaba ”Le estamos diciendo al gobierno que no dejaremos que nos pisen.”

La medida tuvo un alto grado de acatamiento en todo el país y se organizaron cientos de reuniones en las que se anunció que los trabajadores, agrupados en el sindicato PCS, tienen planeadas más acciones y medidas de lucha. En muchos lugares de trabajo se organizaron piquetes informativos; allí los trabajadores le explicaban a la población que se trataba de medidas que defendían los servicios públicos. Como los mismos trabajadores lo expresaban, no se trata sólo de los recortes sino que es parte de un ataque más de conjunto al sector público, y en sus pancartas se leía: “Estamos aquí luchando por los jubilados y los trabajadores desocupados”.

Que esta medida tan poco popular haya sido anunciada a casi 2 meses de las elecciones nacionales muestra con toda claridad la urgencia de la clase dominante y sus partidos de infligir la crisis sobre los trabajadores. En un marco de crisis económica aumenta el gasto público, sobre todo en las áreas de salud y subsidios, cuyos beneficiarios son justamente los sectores más pobres que dependen de la cada vez más magra ayuda del estado benefactor.

Amenaza de paro en British Airways y el sector ferroviario

Los trabajadores del sector público no están solos. En el momento en que escribimos esta nota se dio a conocer que las conversaciones entre la empresa British Airways y el sindicato no llegaron a un acuerdo, y no se esperan más negociaciones. Si bien el mes pasado un 81% de los trabajadores votó a favor de ir a la huelga, el sindicato que los representa, Unite, no puso fecha a la medida de fuerza y mantuvo una serie de reuniones con la empresa durante las cuales le llegó a proponer un recorte salarial de un 2,6% durante este año y que un sector de trabajadores pase a media jornada para evitar los despidos -lo cual no fue aceptado por la empresa, que busca hacer recortes salariales mayores y reducir la cantidad de personal de cabina por vuelo y el congelamiento salarial por dos años. Un tercio del total de los trabajadores votó a favor de una medida superior a los 10 días para que los días francos no les impidan ir a la huelga- tal es la bronca con la empresa que todos querían tener la posibilidad de parar.

A esta medida de fuerza, que afectaría el servicio de los 650 vuelos diarios de la compañía, se le suma una posible huelga de los ferroviarios que en este momento están consultando a sus afiliados, ya que también enfrentan reducciones de los puestos de trabajo y cambios en las condiciones laborales. En los próximos números de LVO cubriremos el desarrollo de ambas huelgas.

Este despertar en las luchas se da junto a una serie de protestas de estudiantes que llegaron en algunos casos a ocupar las universidades contra los anuncios de despidos docentes. En algunas casas de estudio se llegó a estimar que las medidas podrían afectar al 10% de los docentes, lo que implica además el cierre de cátedras y cursos, que afecta directamente a los estudiantes. En los últimos años los aranceles universitarios no han dejado de aumentar y muchas universidades han recibido grandes contribuciones. Sin embargo, el presupuesto no se utiliza para mejorar la calidad educativa sino para hacer que las universidades se conviertan en centros de marketing destinados a satisfacer las necesidades de las empresas. Las investigaciones en las áreas de ciencias sociales y humanísticas son las más afectadas. Frente a un modelo de universidad a medida de los intereses de los capitalistas miles de estudiantes y docentes han salido a pelear. En el transcurso de la última semana en la Universidad de Westminster una asamblea de 500 docentes, no docentes y estudiantes votó una ocupación de 24 horas que se llevó delante de manera exitosa. En la Universidad de Londres se convocaron marchas y acciones. En la Universidad de Sussex, luego de un intento de toma de edificio en apoyo a los docentes que votaron mayoritariamente ir a la huelga hay varios alumnos sumariados a los cuales se les niega el ingreso a los edificios. ¡Mientras rescatan a los bancos penalizan a los estudiantes que luchan por un mejor sistema educativo! En Glasgow, Escocia, 10 mil personas marcharon el sábado contra los rectores en el sector. Como se ha venido discutiendo en varias asambleas y conferencias, se trata del peor ataque a la universidad desde la década de los ’80 y el 20 de marzo hay convocada una marcha nacional en defensa de la educación.

La concurrencia de luchas del sector público, privado, docente y estudiantil, pone en evidencia la necesidad de unificar todas estas luchas para unir la resistencia de los trabajadores y los estudiantes que se niegan a pagar la crisis creada por los capitalistas.

Los trabajadores griegos siguen mostrando el camino

Con la convocatoria a una tercera huelga general llamada para el jueves 11 de marzo los trabajadores griegos vienen escalando sus medidas de lucha en un marco de mayores medidas de ajuste demandadas por los líderes de la Unión Europea que exigen salvajes recortes salariales, de puesto de empleo y a las jubilaciones. El gobierno por su parte anunció que congelará los sueldos estatales, recortará en un 30% los premios del sector público, aumentará el IVA en un 2%, elevará la edad jubilatoria y congelará las pensiones estatales.

Pero las acciones no se limitan a las huelgas. En el transcurso de esta semana hemos visto varias manifestaciones el día anterior a la huelga y hubo enfrenamientos con la policía luego de que lanzaran gases lacrimógenos a los manifestantes en las puertas del Parlamento. El paro general de 3 horas del viernes pasado en la práctica terminó siendo un día de acción que se extendió a lo largo de casi toda la jornada.

Se han visto además huelgas por sectores, como es el caso de los empleados de las oficinas impositivas, que se plegaron a un paro de 48 horas el lunes y martes de esta semana y los trabajadores despedidos de la empresa Olympic Airways, que ocuparon parte del edificio del ministerio de economía durante una semana. Los recolectores de basura han cerrado los principales centros colectores y se está hablando de una huelga docente de cinco días. Los trabajadores de la imprenta nacional se negaron a publicar las legislaciones que contenían los anuncios con los nuevos paquetes de ajustes y ocuparon las instalaciones.

Mientras los trabajadores nos alegramos con la emergencia de luchas en el viejo continente, los jefes de Estado de la UE muestran su preocupación por los posibles efectos de la crisis griega en la economía de la región. El acuciado primer ministro griego, Giorgios Papandreu, viajó a EE.UU. a pedir ayuda y la UE ha tenido que salir a apuntalar al euro. Angela Merkel y Nicolas Sarkozy han salido a atacar a los mercados contra las posibles especulaciones con los bonos de la deuda griega ya que podría tener un efecto negativo directo sobre el valor del euro.

Incluso se está barajando la posibilidad de crear un Fondo Monetario Europeo (FME) para salvaguardar el euro en futura s crisis, medida que no sería muy fácil y crearía un gran dolor de cabeza porque significaría reabrir la discusión del Tratado de Lisboa. Se trata de una lucha crucial y debemos seguir paso a paso su evolución.

Otra preocupación que ronda las reuniones de los jefes de estado de la UE y que se ha ocultado en los medios es el resultado de un referendo realizado en Islandia la semana pasada donde más del 93% de los islandeses votó en contra del pago de una compensación a los clientes de los bancos británicos y holandeses por sus pérdidas luego del colapso financiero del banco islandés Icesave en 2008.

Grecia no está sola

El jueves de la semana pasada los trabajadores de Portugal salieron a enfrentar con una huelga general los planes del gobierno que quiere reducir del 8.3% al 3% del PBI el gasto estatal para 2013 – que en los medios se la denomina “una amarga medicina”. Como resultado de la medida de fuerza que fue apoyada por el sector público y la UGT, no hubo recolección de residuos, las escuelas y los centros sanitarios permanecieron cerrados y un 80% del sector público se plegó a la medida en una huelga que tuvo un alto grado de acatamiento. Portugal ya tiene un desempleo de 10% y con estos planes de ajuste llegaría a los niveles más altos de la Unión.

En Finlandia los portuarios lograron paralizar gran parte de la economía del país. La papelera más grande del mundo, UPM-Kymmene, anunció que su producción se redujo a la mitad por falta de provisiones básicas y no podían salir los productos de exportación. A esta medida de fuerza le siguió la huelga de los autobuses, micros y transportes, que también ocasionaron grandes problemas en el tráfico y transporte.

España también es parte de esta oleada. Con un déficit de casi un 12%, la economía sigue en recesión y el desempleo llega al 20%. En este marco el primer ministro Zapatero anunció recortes y el aumento de la edad jubilatoria. Ante estos anuncios, se organizaron marchas en Madrid, Barcelona y Valencia, que son las primeras manifestaciones llamadas por las federaciones CC.OO. y U.G.T. durante los 6 años de Zapatero en el poder.

Los trabajadores franceses, que como hemos reflejando en números anteriores vienen expresando una vanguardia en las luchas obreras, siguen mostrando su disposición a la lucha. La semana pasada los controladores aéreos pararon durante 4 días en defensa de sus puestos de trabajo y las condiciones laborales, como consecuencia en el aeropuerto de Orly sólo operó el 50% de los vuelos. El gobierno estableció una instancia de diálogo que fue aceptada por el sindicato, pero no pueden descartarse nuevas medidas de fuerza. Los pilotos de Air France fueron a la huelga en defensa de sus puestos y condiciones de trabajo.

Una mención aparte merece la combatividad de los trabajadores de la petrolera Total en Dunkerque que sostuvieron 6 semanas de huelga contra el cierre de su planta y contaban con el apoyo de las 6 refinerías que cuenta Total en el país. La Confederación Francesa del Trabajo levantó la huelga en apoyo los trabajadores de Dunkerque en el momento en que se empezaban a sentir con fuerza las consecuencias de las medidas y podía peligrar el abastecimiento. Igual que en el caso de los controladores, la burocracia aceptó un lugar en la mesa de negociaciones con el gobierno.

Nuevamente los líderes sindicales han salido al rescate del gobierno de Sarkozy y sus planes de ajuste. Pero muchos trabajadores se resistían a acatar el levantamiento de la medida, no ven con buenos ojos el accionar de la burocracia y muchos ya están desilusionados con estas direcciones. Es así como el 8 de marzo en muestra de un espíritu combativo se coocó a una movilización masiva que luego resultó violentamente reprimida por la policía.

Esta oleada de huelgas muestra que los planes de ajuste no van a pasar rápidamente, que los trabajadores no están dispuestos a pagar con sus puestos de trabajo, su servicio de salud y educación y sus pensiones la crisis que ellos no crearon. Si bien hay desniveles entre los países de la UE el grito de los trabajadores es uno solo: ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!