Estrategia Internacional N° 10
Noviembre/Diciembre  - 1998

Milosevic, la burocracia rusa y las potencias imperialistas:
TODOS CONTRA LA AUTODETERMINACIÓN DE LOS KOSOVARES

Gabriela Liszt

El 13 de octubre, la amenaza de un “inminente” ataque militar de la OTAN a Serbia, terminó en un nuevo acuerdo entre el negociador de EEUU, Richard Holbrooke y Milosevic, con el aval de todas las potencias imperialistas y de las burocracias rusa y china.

El acuerdo establece el despliegue de 2.000 observadores de la OSCE, el retiro de las tropas serbias de Kosovo, dejando a “estudiar” la fecha y el tipo de autonomía que le otorgará Milosevic al pueblo albano kosovar, postergando indefinidamente el plazo para “respetar” los acuerdos. Cientos de albano kosovares masacrados, poblaciones enteras destruídas, atrocidades de todo tipo para dar castigos ejemplares, 300.000 “refugiados”, gran parte de ellos apenas subsistiendo a la intemperie en bosques y montañas, ha sido el resultado de seis meses de contraofensiva gran serbia para aplastar la lucha de este pueblo por su autodeterminación. Con la firma de este acuerdo, las potencias no hacen más que legalizar estas masacres ya que, como han repetido una y mil veces, todas ellas (al igual que Milosevic), están en contra de la independencia de Kosovo. Milosevic, por su lado, ha dejado en claro su carácter proimperialista aceptando los “observadores” de la OSCE, permitiendo su intervención directa en Kosovo.

Según el Asistente de Clinton para Asuntos de Seguridad Nacional, Samuel Berger, “La comunidad internacional ha tenido 3 objetivos principales en Kosovo: terminar con la violencia que podía difundirse a los países vecinos y amenazar la frágil estabilidad de los Balcanes; evitar que la crisis humanitaria se transforme en una catástrofe parando la represión contra los albano kosovares y dando reaseguros a las personas desplazadas para que vuelvan a sus hogares; y poner a los kosovares de vuelta en el camino de la autonomía obligando a Milosevic a negociar con ellos pacíficamente” (The Whashington Post, 20/10/98).

Las potencias han demostrado una vez más que su preocupación está centrada en mantener las reaccionarias fronteras nacionales establecidas en los Acuerdos de Dayton, impuestas sobre la “limpieza étnica” de los bosnios, la partición reaccionaria de su nacionalidad multiétnica y el sostenimiento de la opresión serbia sobre Kosovo, asentando como gendarmes de la región a las burocracias restauracionistas serbia y croata. El abierto aval de las potencias a la “limpieza étnica” de los albano kosovares es parte de la continuación y profundización de la política aplicada en Bosnia.

Mes tras mes, la OTAN y la ONU, se reunían para “advertir” a Milosevic que sus “excesos” contra los albano kosovares los obligaría (a su pesar) a tener que recurrir a la intervención militar, al mismo tiempo que condenaban a los “terroristas” del ELK (Ejército de Liberación de Kosovo). Milosevic, escudado en el apoyo directo de la burocracia rusa y la complicidad de las potencias imperialistas, se sentía fortalecido para perpetrar nuevas masacres.

Pero una sucesión de nuevos hechos alertaron a las potencias imperialistas: la caída del primer ministro albanés Fatos Nano, luego de varios días de movilizaciones armadas bajo la dirección del ex presidente Sali Berisha, que demostraba un fortalecimiento de éste con su política de apoyo al ELK para construir una Gran Albania; la derrota en las elecciones de la República Serbia de Bosnia de la candidata apoyada por el imperialismo a manos del ultraderechista Nicola Poplasen del Partido Radical aliado del genocida serbo bosnio Karadzic; el debilitamiento del propio Milosevic dentro de Serbia por la crisis económica acelerada por la crisis mundial; el aumento incesante de refugiados que afecta fundamentalmente a Montenegro, Macedonia, Albania, Alemania e Italia.

A principios de septiembre, Cris Hill, el embajador de EEUU en Macedonia, Milosevic y Rugova (el “presidente” kosovar) intentaron cerrar un nuevo pacto otorgando una autonomía provisional mientras aplazaban las negociaciones de un estatuto definitivo. Pero este pacto fue rechazado por la mayoría de las fuerzas políticas de Kosovo, incluso causando una importante división en el partido de Rugova (el LDK). “No sé hasta qué punto los sujetos políticos kosovares aceptarán ese acuerdo, pero puedo imaginar que los que tomaron las armas para defender a sus familias y su pueblo no lo aceptarán, porque están determinados a lograr la independencia”, advirtió un disidente del LDK.

Fueron estos hechos, que podían “desestabilizar los Balcanes”, los que convencieron a las potencias de que las negociaciones debían estar acompañadas por una amenaza mayor de “garrote” que “obligara” a Milosevic (después de haberlo envalentonado para que derrotara a los kosovares) a sentarse a negociar para, como dice Samuel Berger, “poner de vuelta a los kosovares en el camino de la autonomía”.

UNA DURA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA

“Vamos a continuar la lucha hasta la independencia. No estábamos a favor de la guerra, pero nos la impusieron. Esperamos durante ocho años una solución pacífica, pero no se consigue nada con el diálogo”. Esta frase repetida, según un periodista de El País, como “disco rayado” por los albano kosovares, refleja el fracaso a que había llegado la “vía pacífica” aplicada por el dirigente nacionalista restauracionista Rugova, desde que en 1989 Milosevic anuló a Kosovo todo atisbo de autonomía. Esta política consistía en presionar a Milosevic a través de la ONU para que les reintegrara esta autonomía. En 1996, como expresión del fracaso de esta política, surgió el ELK, pregonando la lucha armada por la independencia de Serbia y la unidad con Albania. Durante 1997, el estallido de la revolución en Albania contra los planes restauracionistas de Sali Berisha alimentó las fuerzas de los albano kosovares para luchar contra la opresión nacional. El ELK comenzó a crecer rápidamente, fundamentalmente entre los jóvenes, realizando atentados contra las fuerzas represivas serbias. La respuesta de Milosevic, en marzo de este año, cercando y bombardeando los pueblos donde se concentraba el ELK, provocó una mayor adhesión de la población a este grupo, que llegó a contar con alrededor de 10.000 combatientes y a controlar un 40 % del territorio kosovar. Este avance fue el que llevó a Milosevic, con la complicidad de las potencias imperialistas, a lanzar la contraofensiva contra el pueblo kosovar, logrando un aplastamiento casi total del ELK.

UNA POLITICA REVOLUCIONARIA PARA EL TRIUNFO DE LOS KOSOVARES

El pueblo albano kosovar ha sufrido una dura derrota en la lucha por su autodeterminación. La fortaleza militar gran Serbia, el apoyo de la burocracia restauracionista rusa, la complicidad de las potencias imperialistas, el apoyo a los Acuerdos de Dayton de las otras burocracias restauracionistas de la región (Montenegro, Macedonia, Bosnia, Albania) que reclamaron reiteradamente la intervención de la OTAN, temerosas de que el conflicto traspasara sus propias fronteras, les imponen condiciones durísimas para lograr su liberación nacional. Con el acuerdo de Milosevic y las direcciones kosovares, los observadores de la OSCE y las tropas de la OTAN ya estacionadas en Albania, Macedonia y Bosnia, vigilarán que el pueblo kosovar “no se salga del camino de la autonomía” y utilizarán esta intervención directa para avanzar en sus planes restauracionistas. Los trabajadores y el pueblo bosnio, macedonio, montengrino, albanés, muchos de los cuales ya se han movilizado en su solidaridad son los verdaderos aliados que necesitan los kosovares para luchar por su autodeterminación. Empezando por unir sus fuerzas para echar a las tropas y observadores imperialistas de toda la región y por romper las fronteras reaccionarias impuestas en los Acuerdos de Dayton. Junto a ellos, los trabajadores y pueblos de las potencias que están interviniendo en los Balcanes deben luchar por el retiro inmediato de las tropas y los observadores de “su” imperialismo o “su” burocracia restauracionista.

¡FUERA LAS MANOS DEL IMPERIALISMO DEL KOSOVO Y LOS BALCANES! ¡ABAJO LOS ACUERDOS DE DAYTON! ¡POR EL DERECHO A LA AUTODETERMINACION DE LOS KOSOVARES, YA SEA SI SU DESEO ES CONSTITUIRSE EN UNA REPUBLICA INDEPENDIENTE O UNIRSE CON ALBANIA!

Milosevic no ha hecho más que un simulacro de retiro de tropas, manteniendo la mayoría de los 25.000 soldados y policías que tiene en Kosovo y continuando la represión a los kosovares. El imperialismo ha dicho que necesita “que algunas fuerzas serbias permanezcan en Kosovo para garantizar la seguridad de las fronteras”. La principal frontera que el imperialismo le asigna a los serbios es la de Albania, desde donde los kosovares obtuvieron el armamento desafiando el embargo de armas impuesto por la ONU. Para enfrentar la represión, las masas kosovares necesitan un armamento generalizado y organismos democráticos donde decidir cómo derrotar al ejército serbio, a diferencia de la política del ELK, que ha mantenido el armamento recibido bajo su control.

¡FUERA LAS TROPAS SERBIAS DE KOSOVO! ¡ABAJO EL EMBARGO DE ARMAS PARA LOS KOSOVARES! ¡POR COMITES DE AUTODEFENSA ARMADOS PARA DERROTAR A LAS TROPAS SERBIAS!

Los trabajadores y el pueblo serbio, sufren en carne propia la catástrofe económica a que los ha llevado las guerras opresoras de Milosevic, sus planes restauracionistas y la represión. Como en el 89, Milosevic quiere alimentar los odios chovinistas para impedir que una revolución política y social se desate entre la misma población serbia. El pueblo serbio, no logrará liberarse a sí mismo si no lucha en primer lugar por la liberación de los pueblos a los que oprime su nación. Esto significa que debe tomar en sus manos la lucha por el derecho a la autodeterminación nacional de los albano kosovares, luchando por la derrota de su propio ejército opresor.

¡ABAJO LA BUROCRACIA RESTAURACIONISTA GRAN SERBIA OPRESORA DE LOS ALBANO KOSOVARES!

Tanto Rugova como los dirigentes del ELK han llamado a los kosovares a confiar en una intervención de la OTAN. Rugova quiere constituir a Kosovo en un “protectorado internacional”. El ELK, luego de los acuerdos del 13 de octubre, ha “prometido relanzar su guerra de guerrillas si Milosevic no cumple con las exigencias de la OTAN” y ha dicho que estaría dispuesto a aceptar una autonomía provisional si Milosevic le pone fecha y realiza un referendum en Kosovo, a través de su jefe político Adem Demaci (un opositor moderado de Rugova, que se unió al ELK cuando éste controlaba gran parte del territorio kosovar, bajo pedido de la guerrilla). El heroismo de los combatientes albano kosovares ha sido puesta por la dirección del ELK, al servicio de conseguir un puesto en la mesa de negociaciones con Milosevic y el imperialismo junto a Rugova. Por otro lado, el ELK es un aliado de Sali Berisha, que fue barrido por las masas de Albania por aplicar, al igual que Milosevic, los planes de restauración capitalista.

Los marxistas revolucionarios, defendemos incondicionalmente el derecho a la autodeterminación de los kosovares. Pero, como éstos ya han comprobado con sus propias vidas, las negociaciones “pacíficas” de Rugova y los llamados de éste y del ELK a confiar en la OTAN, dejan su lucha en manos de los que ya han demostrado con creces que están en contra todo atisbo de independencia nacional. Estas direcciones, sólo buscan defender sus propios intereses poniendo a Kosovo bajo el ala de alguna potencia imperialista, lo que significará nuevas catástrofes para el pueblo kosovar.

Los trabajadores albano kosovares son los que deben encabezar esta lucha, retomando el camino del 89 cuando los mineros levantaron este reclamo con una huelga general política. La verdadera liberación nacional sólo vendrá si son los trabajadores los que acaudillan a toda la población en la lucha por un Kosovo obrero, independiente y socialista, que reconstruya su derruída economía al servicio de las necesidades de los trabajadores y el pueblo en el camino de una Federación de Repúblicas Socialistas, libre y voluntaria, de los Balcanes.

¡POR UN KOSOVO OBRERO INDEPENDIENTE Y SOCIALISTA! ¡POR UNA FEDERACION DE REPUBLICAS SOCIALISTAS, LIBRE Y VOLUNTARIA, DE LOS BALCANES!