FT-CI

Presentación

18/12/2007

Un nuevo número de Estrategia Internacional está en la calle sobre la finalización de un año donde una crisis de envergadura, de una magnitud que se pronostica superior a las que tuvieron lugar en el último período histórico, está en pleno curso esta vez en el corazón del capitalismo, los Estados Unidos. Más allá de los análisis coyunturales, Juan Chingo presenta en Crisis y contradicciones del “capitalismo del siglo XXI” una visión estructural del capitalismo contemporáneo que demuestra la falta de todo asidero en las visiones “optimistas” que, apoyadas en el crecimiento mundial de los últimos cuatro años, pretenden una vez más que la economía capitalista ha podido de alguna forma superar sus contradicciones fundamentales y estaría en el comienzo de un ciclo ascendente de larga duración, similar al que se desarrolló luego de la Segunda Guerra Mundial.

Mientras son muchos los pronósticos que señalan que en el año 2008 la principal economía del mundo estará cruzada por una recesión, teniendo esto por consecuencia probable una mayor intensidad de la lucha de clases, existe hoy en la izquierda mundial un importante debate estratégico, donde todo un conjunto de organizaciones plantean la superación del ciclo iniciado por la revolución de octubre de 1917 y la necesidad de construir “nuevas izquierdas”, postulando distintas variantes de “partidos amplios” sin delimitación de clase que agrupen tanto a revolucionarios como a reformistas. En el artículo de Claudia Cinatti, ¿Qué partido para qué estrategia?, polemizamos con estos planteos.

El Dossier de este número está dedicado al análisis de la situación en América Latina. En primer lugar presentamos un trabajo de Eduardo Molina, Elementos para un balance de situación y perspectivas, donde da cuenta detalladamente de cómo el crecimiento económico de los últimos años, desarrollado en gran parte de la región bajo distinto tipo de gobiernos “posneoliberales”, no alteró las condiciones de dependencia y dominio del capital imperialista impuestas en la década de los ’90.

Luego, publicamos tres artículos más coyunturales sobre dos de los procesos más interesantes que se están viviendo en Latinoamérica. El primero analiza los recientes acontecimientos bolivianos, donde la derecha se ha envalentonado a partir de la persistente política del gobierno de Evo Morales de tratar de negociar con ella los términos de la nueva constitución y contener la movilización de masas. En el segundo, reproducimos la declaración de la Juventud de Izquierda Revolucionaria (JIR) de Venezuela ante la derrota de Chávez en el referéndum del 2 de diciembre de 2007 sobre la reforma constitucional, provocada fundamentalmente por la alta abstención de anteriores votantes chavistas. Y en el tercero, La política de la izquierda frente al referéndum en Venezuela, de Simone Ishibashi, polemizamos con la política sostenida por distintas corrientes de izquierda frente al referéndum, fundamentalmente con el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU) de Brasil.

Un último artículo del dossier está dedicado al análisis de la recomposición de la clase trabajadora chilena, que viene de protagonizar importantes procesos de lucha y organización.

Otra sección de esta revista está dedicada a los 90 años de la revolución rusa. En torno a este aniversario del triunfo de la primer revolución socialista de la historia, quienes hacemos esta revista hemos hecho una importante actividad en los distintos países donde actuamos, que se cuenta entre las principales impulsadas por la izquierda mundial, que incluyó la realización de conferencias, charlas-debate, publicación de artículos y libros y la producción de una película, Ellos se atrevieron, realizada por el grupo Contraimagen. En esta ocasión, presentamos un artículo de Cecilia Feijoo debatiendo con la historiadora Sheila Fitzpatrick y un artículo de Trotsky de 1923, Las tareas de la educación comunista, hasta el momento inédito en español.

La revista se completa con un artículo de Martín Juárez, Apuntes para una interpretación de la Revolución Mexicana, dedicado a la revolución de 1910-1917 y que polemiza con Adolfo Gilly; y por último presentamos un trabajo de Ciro Tappeste, Benjamin Péret. Recorrido político de un surrealista paradigmático, donde a través de la vida del poeta y revolucionario francés plantea la relación entre la guerra y la revolución con el surrealismo en la Europa de la primera mitad del siglo XX.

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América Latina es sin dudas una de la regiones del mundo donde el siglo XXI ha sido escenario de algunos de los procesos más importantes de la lucha de clases, y que cuenta además con una considerable tradición trotskista. Las distintas organizaciones que conformamos la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional (FT-CI) hemos venido interviniendo activamente en estos procesos, algunos de los cuales concentran la atención de la izquierda mundial, así como en los distintos fenómenos de recomposición de la clase trabajadora.
En Venezuela, la JIR es parte de los pocos sectores marxistas que no se han subordinado al chavismo y sostienen la necesidad, para derrotar a la reacción y al imperialismo, de formar un partido de trabajadores. En el reciente referéndum la JIR, al igual que lo hizo la corriente orientada por el dirigente de la C-CURA y la UNT Orlando Chirino, llamó al voto nulo diferenciándose tanto de los que impulsaron el apoyo a una reforma que reforzaba las características bonapartistas del régimen como de aquéllos que votando “no” confundieron sus banderas con las de la derecha.

En Bolivia, la Liga Obrera Revolucionaria-Cuarta Internacional (LOR-CI) promueve la organización de una corriente marxista revolucionaria interviniendo activamente en el proceso de reorganización sindical que se desarrolla en distintos sectores del país, participando fundamentalmente en la ciudad de El Alto, donde se ha concentrado una nueva clase obrera y que fue centro de los acontecimientos revolucionarios que sacudieron al país en 2003 y 2005.

En Argentina, donde tres millones y medio de nuevos puestos de trabajo han fortalecido socialmente a la clase trabajadora, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) viene siendo parte fundamental del proceso de surgimiento de un nuevo “sindicalismo de base”, que probablemente continúe su desarrollo durante el mandato presidencial que está iniciando Cristina Fernández. El PTS, que en las recientes elecciones presidenciales encabezó el Frente de Izquierda y los Trabajadores por el Socialismo (FITS) junto a Izquierda Socialista y el MAS, está hoy llamando a las organizaciones que participaron de este frente y al Partido Obrero a iniciar un proceso de discusión para formar un partido común de los marxistas revolucionarios. Este llamado no oculta que, como es sabido, con estas organizaciones hemos tenido y seguimos teniendo importantes diferencias. Pero se funda en el hecho que coincidimos no sólo en postular la necesidad de una oposición clasista al “kirchnerismo” en el plano nacional sino también en una delimitación similar respecto del chavismo, que se expresó en las respectivas posiciones frente al referéndum de la reforma constitucional (aunque diferimos con el PO en la táctica del voto) y en los llamados a construir aquí un partido de trabajadores. A su vez, frente a las corrientes que, como el MST argentino, se adaptan a la centroizquierda y consideran que ya no es tiempo de construir partidos revolucionarios, con el PO y con quienes conformamos el FITS acordamos en plantear la actualidad que mantiene la estrategia revolucionaria derivada de la revolución rusa. De avanzarse en esta dirección, un partido de este tipo constituiría un importante polo político para los sectores de trabajadores y de la juventud que vienen protagonizando los principales conflictos y no confían en el doble discurso del gobierno, y sería a la vez un paso importante en la lucha por la reconstrucción de la IV Internacional. A su vez, el PTS viene insistiendo en que, en la actual situación, los marxistas revolucionarios les planteemos a los sectores sindicales combativos la necesidad de agitar entre la clase obrera la idea de poner en pie un gran partido de trabajadores.

En Brasil, la Liga Estrategia Revolucionaria-Cuarta Internacional (LER-QI), con su principal base militante en la ciudad de San Pablo, ha dado nuevos pasos en la formación de una nueva generación de dirigentes y cuadros obreros e intelectuales revolucionarios, realizando este año su primer Congreso y participando activamente de los procesos de reagrupamiento sindical y estudiantil confrontando con la política abiertamente oportunista del PSOL y la oscilante del PSTU. En México, la Liga de Trabajadores por el Socialismo - Contra Corriente (LTS-CC) también está interviniendo en una situación donde, aunque la “Comuna de Oaxaca” sufrió una importante derrota por la fuerza de la acción represiva, otras luchas importantes han mostrado un despertar de la clase obrera del país azteca. En Chile, Clase contra Clase ha avanzado en su extensión nacional y ha tenido una participación activa en la lucha de los trabajadores de las contratistas mineras, al mismo tiempo que ha comenzado a destacar nuevos jóvenes dirigentes nacionales. Y en Costa Rica, los compañeros simpatizantes de la FT (de la Liga de la Revolución Socialista), también han intervenido en la lucha contra la aprobación del Tratado de Libre Comercio de ese país con los EE.UU.

Más recientemente, la FT-CI cuenta con compañeros en el Estado Español, que conforman Clase contra Clase; en Alemania, donde se publica una revista en alemán también llamada Estrategia Internacional; y también en Italia y en Francia. Ellos también son parte de nuestros esfuerzos por conformar una tendencia trotskista internacional que pueda jugar un papel no sólo en la lucha de clases de cada uno de nuestros países sino en la reconstrucción de la Cuarta Internacional, cuestión que sabemos que no se dará producto de una evolución cuantitativa de nuestra corriente sino producto de fusiones con otras tendencias marxistas revolucionarias con las que podamos confluir y con sectores progresivos que se decanten de procesos de la lucha de clases.

Aunque la decadencia de la potencia hegemónica se ha acelerado con su empantanamiento en Irak y la clase trabajadora viene mostrando en numerosos países signos de recomposición que han echado al basurero de la historia las pseudo-teorías sobre el “fin del trabajo”, los marxistas revolucionarios nos encontramos aún en una etapa donde tenemos que actuar a contracorriente de los sentidos comunes predominantes, que consideran que las revoluciones son cosa del pasado y a lo sumo se puede a aspirar a pequeñas reformas que no alteren lo sustancial del sistema. Las elaboraciones de esta revista están al servicio de aportar al desarrollo de la teoría y la estrategia marxista revolucionaria, una tarea hoy ineludible, al que debe dedicar sus mayores esfuerzos todo aquél que quiera efectivamente desafiar el orden establecido y prepararse para los inevitables acontecimientos revolucionarios y contrarrevolucionarios que signarán también este siglo XXI.

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