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1° de mayo | Uruguay

¡Aumento de salarios al nivel de la canasta básica familiar! ¡Que la crisis la paguen los capitalistas!

05/05/2010

E N E S T E 1° D E M A Y O

¡AUMENTO DE SALARIOS AL NIVEL DE LA CANASTA BáSICA FAMILIAR!

¡QUE LA CRISIS LA PAGUEN LOS CAPITALISTAS!

Los trabajadores y trabajadoras en el gobierno del Frente Amplio

Hubo muchas ilusiones en que el primer gobierno del Frente Amplio iría a disminuir el desempleo, la pobreza y la marginación, que encarcelaría a los militares asesinos y torturadores de la dictadura y sus cómplices, en fin que sería un gobierno “del pueblo”. Sin embargo, tenemos que decir que estas aspiraciones no solo no se han cumplido, sino que en muchos casos el resultado fue regresivo y perjudicial para los trabajadores y trabajadoras.

Durante el primer gobierno, sin bien aumentó el empleo (que fue posible gracias a los beneficios obtenidos por el contexto internacional excepcionalmente favorable a la venta de commodities), también aumentaron los trabajos en negro y sin derechos reconocidos. El salario recuperó algo de todo lo que había perdido, pero no llega a los niveles anteriores a la crisis del 2002, y menos ahora con la inflación. Los índices de pobreza en el Uruguay siguen siendo tan alarmantes como siempre. Quienes defienden al gobierno no pueden convencernos de que nos pongamos contentos porque la pobreza bajó un 5,8 %, cuando todavía sigue en el orden del 26 % de nuestra población, ¡y cuando más de la mitad de los pobres son niños y niñas menores de 6 años!

Muchos pensaban que la relación con el imperialismo iba a cambiar con el FA en el poder. Tampoco sucedió, ya que al igual que los partidos tradicionales (blanco y colorado) este siguió pagando puntualmente la deuda externa, firmando acuerdos comerciales con los Estados Unidos (sin olvidar los asaditos con los que Tabaré le convidó al asesino de Bush), favoreciendo a las empresas multinacionales y asegurándole suculentas ganancias en estas tierras.

El gobierno del FA imposibilitó que se hiciera justicia contra los militares de la dictadura, avalando y manteniendo la Ley de Caducidad (que podría haber anulado [1] cuando tuvo mayoría parlamentaria), y fueron casos contados los juicios que pudieron sortear esta maldita ley y permitir ver en la cárcel a quienes fueron responsables del terrorismo de estado.

El mismo gobierno de Tabaré fue el que vetó el artículo de la ley de salud sexual que permitía a las mujeres acceder a un aborto legal, seguro y gratuito, condenando a las más pobres al peligro de la muerte por abortos mal practicados. Es el gobierno que intervino a través de la MINUSTAH con las fuerzas armadas en Haití. Cinicamente nos mostraban cómo las tropas uruguayas “ayudaban” a los haitianos. Sin embargo no hay ninguna cuestión humanitaria en esas fuerzas: mientras la población haitiana vivía momentos desesperantes por las consecuencias del terremoto, las fuerzas internacionales reprimían a la población y le despejaban el terreno a los Estados Unidos para la “operación” militar que finalmente ocurrió.

¿Y con el gobierno de Mujica?

Con el nuevo gobierno liderado por el Pepe Mujica, la cosa no cambió mucho de su antecesor, más bien atemorizan algunos de sus dichos y resoluciones, y desnuda el verdadero objetivo de su gobierno.

Ya hemos escuchado comentarios del ex tupamaro contra los consumidores de pasta base y su intención de mandarlos a hacer el servicio militar obligatorio; escuchamos su intención de reconciliar a las fuerzas armadas con la sociedad, y olvidar definitivamente las épocas pasadas del terrorismo de estado, terminar con los pocos juicios que están en marcha, y que nos olvidemos de aquella época en la que los trabajadores, los estudiantes y los luchadores populares se jugaban la vida por un mundo sin explotación. El mismo Mujica participó en los ´70 de esos movimientos que ahora parece denostar y repudiar.

También escuchamos de Mujica su afán de mantener intacta la ganancia capitalista: ya se juntó con los magnates y empresarios ricos en el Conrad de Punta del Este y les garantizó seguridad jurídica y bajos impuestos, mientras que a la vez ataca a los trabajadores municipales y los funcionarios del estado por las conquistas que supieron coneguir, tratándolos de privilegiados, cuando en realidad sus salarios están inclusive por debajo de la canasta básica de alimentos. El problema nos son los estatales, el problema son las patronales como los dueños de los bancos, los terratenientes, los agroexportadores, los dueños de los frigoríficos, los empresarios del comercio y la industria, etc. (en fin los nuevos “amigos” de Mujica que le bancaron la fiestita de asunción). Todos ellos se enriquecen a costa de explotar a sus trabajadores y trabajadoras, con salarios bajísimos, con jornadas laborales extensas, sin respetar nuestras conquistas, con extenuentes ritmos de trabajo, con persecusión sindical, etc. Estos empresarios, que Mujica defiende y fomenta, fueron los mismos que en los ´70 golpeaban los cuarteles para agitar la actividad militar, y fueron los beneficiarios del golpe militar y de su modelo económico. Con esto Mujica demuestra para quién gobierna. ¡Entonces hay que nivelar los salarios para arriba, no para abajo señor Mujica! Como así también hay que exigir la baja de las tarifas de los servicios públicos, que se encuentran por las nubes, y cuya recaudación también es para pagar la deuda y no para invertir en la población.

En esto tienen una responsabilidad significativa la mayoría frenteamplista de la dirección del PIT-CNT, que en la última campaña electoral hasta boicoteó toda lucha obrera, y que todo el tiempo está conteniendo las energías de la clase obrera y llevándolas al caudal electoral del FA, imponiendo que la lucha está “en otro lado”, en el gobierno, en el parlamento, lo que quita confianza en los propios trabajadores y trabajadoras. ¡Basta de llevar nuestras fuerzas detrás de los representantes de la burguesía!

Parece chiste, si no fuera una tragedia, que Mujica se enoje y le caiga mal que los trabajadores y trabajadoras podamos utilizar nuestras herramientas de lucha como la huelga y el piquete para hacer oir nuestros reclamos. Parece que a Mujica le irrita que peleemos por lo nuestro, y que no nos quedemos de brazos cruzados esperando que él proponga sus “ambiciosos” planes de vivienda, planes que utilizan viejas recetas liberales como apelar al voluntariado para su funcionamiento, sin una verdadera participación popular. ¿En vez de que las viviendas se hagan con voluntarios, por qué no pone en marcha un verdadero plan de obras públicas para darle vivienda a los que no la tienen, y a la vez generar trabajo genuino y empleando a todas las manos que hoy se encuentran disponibles para que se ganen un salario digno? Eso le traería problemas a Mujica porque él no quiere que nadie más dependa del estado, por eso impulsa la famosa “reforma del estado”, colocando a los funcionarios estatales en una imagen de vagos y privilegiados. Otra receta liberal para avanzar en las conquistas obreras.

En el plano internacional, Mujica es continuidad de lo anterior, manteniendo los acuerdos comerciales vigentes, inclusive el de Israel, que se encuentra en estos momentos llevando adelante una operación militar queriendo instalar colonias de israelíes en los territorios históricamente ocupados por los palestinos. ¿No te enteraste Pepe que las bombas y los muros israelíes matan luchadores y destrozan ciudades enteras con toda su población incluida?

Además, Mujica se presta a pagar la fraudulenta e ilegítima deuda externa, cuestión que debemos repudiar firmemente, ya sea el pago del capital o de sus intereses, y sea que se paguen con dinero presupuestado o con reservas. Repudiemos la intención del gobierno de seguir atando al país a los designios del FMI y los organismos de crédito internacionales, mientras en el plano interno se mantienen intactos los ya bajos presupuestos para la educación que no alcanzan para nada. ¡Plata para la educación, no para la deuda!

En los últimos días vimos cómo el gobierno festejó el fallo de la Corte Internacional de La Haya que no obligó a la relocalización de Botnia. Mujica apeló a un nacionalismo que en realidad es falso ya que el único interés que defiende es el de los capitalistas finlandeses, haciéndolos pasar como de todos los uruguayos y uruguayas. Se equivoca, los intereses de los burgueses son antagónicos a los nuestros. A los trabajadores y trabajadoras nos unen lazos solidarios con la clase obrera de Argentina porque tenemos los mismos intereses que son contrarios a los de los patrones, ya sean nacionales o extranjeros. Argentinos y uruguayos debemos luchar unificadamente por defender nuestros recursos naturales y el medio ambiente donde vivimos, contra la clase capitalista que solo se rige por su sed de ganancia.

¿Qué hace falta en Uruguay?

La lucha tiene que comenzar por la pelea por el salario al nivel de la canasta familiar, por el reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles para atacar la desocupación, por un plan de obras públicas pensado por la comunidad y ejecutado bajo control obrero, por trabajo genuino.

Hay que dar una dura batalla por mejores condiciones de trabajo, contra el trabajo precario, flexibilizado y tercerizado, por revisión de los convenios laborales. Pero para poder participar de estas desiciones debemos sacarnos de encima a la burocracia sindical que todo el tiempo nos oprime y negocia por nosotros. Por eso es importante convocar en los lugares de trabajo y estudio a masivas asambleas de base, unitarias, donde inclusive podamos votar nuestros propios delegados mandatados que nos representen en las negociaciones.

Pensamos que hace falta que los trabajadores y trabajadoras, las y los estudiantes, la gente en los barrios, etc. inicien un camino de ruptura con el Frente Amplio, que se dice de izquierda cuando en realidad utiliza ese discurso y su prestigio a favor de garantizar los jugosos negocios capitalistas, “la izquierda responsable al servicio de los capitalistas”. Debemos pelear por una verdadera independencia de clase, respecto de todas las variantes burguesas, aunque éstas se pinten de “izquierda” como nos quiere hacer creer el FA.

Será de vital importancia que los sectores más combativos, tanto en los gremios de la salud o la educación, los sindicatos agrupados en la Tendencia Clasista Y Combativa, las y los estudiantes combativos, los partidos de la izquierda radical, etc. avancen en una coordinación real para poder enfrentar el plan del gobierno, que seguro querrá descargar la crisis internacional sobre las espaldas de los trabajadores y trabajadoras, cuando fueron los caítalistas quienes la generaron.

Por último, debemos pensar que si los patrones tienen varios partidos a su disposición (los tradicionales, blanco y colorado, y también el FA) la clase obrera tiene que construir un partido propio, verdaderamente independiente, para demostrar que nosotros podemos (y debemos) hacer política y plantear nuestra salida a la crisis, en el camino de pelear por un gobierno de los trabajadores y el pueblo. Esta será el mejor homenaje a nuestros queridos mártires de Chicago.

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    ADICIONALES
  • [1fe de erratas: en el volante entregado el 1° de mayo decía "derogado" por un error tipográfico, lo correcto es como está aquí, "anulado".

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